Helena Paixao, de 40 años, y Teresa Pires, de 33, celebraron el lunes en Lisboa el primer casamiento homosexual de Portugal, justo una semana después de la entrada en vigor de la ley que permite la boda entre personas del mismo sexo.

Estas mujeres, ambas divorciadas y con una hija cada una, vivían en pareja desde hacía ocho años y en 2006 habían presentado un pedido de casamiento, lanzando así el debate sobre la boda homosexual en Portugal, un país de fuerte tradición católica.

El pedido de casamiento había sido rechazado por el registro civil, pero al término de un largo periplo judicial fue validado por la Corte Constitucional.

En consecuencia, el poder legislativo adoptó en febrero una ley que suprime de la definición de casamiento del código civil la mención “sexos diferentes”, autorizando de hecho las uniones homosexuales.