Hace 33 años atrás, cuando un joven belga decidió lanzar un mensaje en una botella al mar, jamás creyó que en pleno 2010 tendría noticias de su destinatario. Lo más incréible para aquel lejano año de 1977, sin embargo, era pensar que la respuesta le llegaría ¡a través Facebook!.

Olivier, su hijo y la botella | El niño belga con su padre

Ésta es la historia de Olivier Vandewalle, un adolescente que viajaba en el yate Damaris junto a su padre cuando se decidió a escribir parte de su historia en una hoja de papel para luego dejarla viajar por medio de las aguas del océano.

Dentro de la carta se podía leer el siguiente mensaje: “Yo soy un chico de 14 años y vivo en Bélgica. No sé si eres un niño, una mujer o un hombre. Navego en un barco de 18 metros. Su nombre es Damaris. Al mismo tiempo que escribo esta carta, acabamos de pasar por Portland Bill, en la costa sur de Inglaterra. Partimos esta mañana”, como señaló el diario español El País.

Ese mismo texto fue el que leyó hace pocos días la inglesa Lorraine Yates, cuando encontró la botella en una playa en Dorset. Luego de conocer el escrito de Vandawelle, la mujer penso que sería una genial idea contactarlo pero, como el joven no puso su dirección o número de contacto, creyó que con el nombre lo encontraría a través de Facebook.

Cuando lo contactó, Olivier no sabía de qué le estaban hablando hasta que leyó el nombre del yate y supo que alguien había hallado su preciado tesoro, a lo que respondió: “Es increíble que ella lo haya encontrado y no puedo creer que estuvo todos estos años en el mar”.

Según contaron en The Sun, al final de sus declaraciones Olivier agregó: “arranqué la página de un cuaderno del colegio y escribí en ella con un lápiz común y corriente. Pese a que estaba un poco dañada (la hoja) todavía se podía leer”.