Los archivos del Libertador Simón Bolívar, declarados Memoria del Mundo por la UNESCO, pasarán bajo control del gobierno de Hugo Chávez dentro de dos meses, una decisión que generó inquietud entre historiadores venezolanos por la conservación de tan valiosos documentos.

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Un reciente decreto de Chávez “transfiere la totalidad” de los archivos de Bolívar y del precursor de la Independencia venezolana, el general Francisco de Miranda, al Archivo General de la Nación, que depende del ministerio de Cultura.

Así, los 283 tomos de archivos de Bolívar y los 63 de Miranda cambiarán de custodio y de ubicación luego de permanecer desde 1999 al cuidado de la Academia Nacional de la Historia.

En la Academia, integrada por una veintena de historiadores entre los que hay críticos al gobierno de Chávez, reina ahora inquietud por la preservación de este valioso patrimonio.

“El decreto presidencial fue totalmente inconsulto. La Academia deplora un tratamiento tan antirrepublicano, tan intempestivo”, declaró el historiador Elías Pino Iturrieta, director de la Academia Nacional de Historia.

Pero el gobierno afirma que la difusión de los documentos de Bolívar ha sido “insuficiente” y que uno de sus primeros proyectos será digitalizarlos para darlos a conocer masivamente. La Academia sólo digitalizó los textos de Miranda.

“Los documentos son de libre consulta, sólo están sometidos a las normas de seguridad. Puede revisar su contenido el que quiera”, se defiende Pino, recordando que la Academia ha publicado en papel gran parte de los archivos.

Actualmente, el Archivo del Libertador está guardado en una bóveda en el corazón de Caracas. A 19 grados Celsius de temperatura y 60% de humedad, los tomos reposan en estantes de mármol y vidrio que permiten preservar las cartas, oficios, decretos y discursos escritos hace unos 200 años por el propio Libertador o sus secretarios.

“Yo me emociono cuando entro acá”, cuenta a la AFP Héctor Bencomo, general retirado que desde hace cuatro años es curador del archivo de Bolívar.

“Son papeles donde no sólo está la firma del Libertador, sino que su contenido es trascendente para la Historia”, añade pasando lentamente las frágiles hojas con sus manos protegidas por guantes de látex.

Una de las joyas del archivo es el original del Discurso de Angostura que Bolívar pronunció el 15 de febrero de 1819.

A pocas cuadras del Archivo del Libertador, en un arca en la Academia Nacional de Historia, están las memorias de Miranda, el general que combatió por la Independencia de Estados Unidos, de Venezuela y también en la Revolución Francesa y acabó muriendo en una prisión en España en 1816.

“Esos archivos que pertecen al Estado y al pueblo venezolano, importantísimos para la memoria del país, deben reposar en el Archivo General de la Nación (AGN) para que sean difundidos”, dijo a la AFP el director de esta institución, Luis Pellicer.

Pero ¿por qué el gobierno decide no trabajar junto a la Academia de Historia? “Hubiera sido lo ideal, pero depende de quién hubiese dirigido el proceso. Antes, el AGN no tenía las condiciones para cuidar los documentos, pero ahora sí”, explica a la AFP el historiador Pedro Calzadilla, miembro de la comisión oficial encargada del traspaso.

Según el decreto, estos archivos deben estar a cargo de instituciones “que verdaderamente desarrollen sus funciones con el objeto de rescatar la memoria histórica de las luchas de liberación del pueblo venezolano, las cuales han sido ocultadas por factores políticos contrarios al proceso revolucionario”.

El pensamiento de Bolívar es la “base ideológica” de la revolución bolivariana que impulsa Chávez, sentencia además el decreto.

Para Elías Pino, existe en esta decisión la “orientación de colocar los documentos y el pasado histórico al servicio de la revolución”.

“Yo sólo espero que a los archivos le den el mismo cuidado que le hemos dado nosotros acá”, comenta la historiadora Antonieta de Rogatis, investigadora de la Academia, mirando con preocupación los archivos del ‘Precursor’.