Experto en Prevención de Riesgos de la Universidad Técnica Federico Santa María identifica zonas de las viviendas con mayores problemas ante el inminente arribo de la temporada más fría del año y realiza recomendaciones al respecto.

Empiezan a bajar las temperaturas y el frío junto con la lluvia se transforman en dos importantes factores a considerar para sobrevivir al invierno. Por eso lo mejor es prevenir y preparar nuestro hogar para lo que se avecina.

Según el docente del Departamento de Construcción y Prevención de Riesgos de USM, Bruno Piazze, expresó que antes del invierno y por sobre todo después del terremoto, distintos son los sectores que deben ser inspeccionados.

En primer lugar, la cubierta de la techumbre durante el transcurso de los meses de primavera y verano podría haber sufrido resplazamientos que perjudiquen su estanqueidad, por lo que puede presentar menor resistencia al viento, generando filtraciones. Por ello es aconsejable revisar los anclajes y la posición de los elementos que conforman la cubierta.

Asimismo, se deben revisar las canaletas y bajadas de agua lluvia, y si éstas se encuentren defectuosas se deben cambiar. Es fundamental mantener ambas áreas limpias, realizando un aseo periódicamente.

También es importante chequear los sellos de las puertas y ventanas, y en caso de ser necesario impermeabilizar marcos y alfeizar. Otro aspecto no menor es la protección de los muros exteriores de las construcciones.

Piazze aclara que “en nuestra zona la fachada norte recibirá con mayor fuerza el viento y la lluvia. La fachada sur será la con menos exposición al sol y donde probablemente se generará condensación. Entonces, se recomienda en el caso de la fachada norte utilizar productos impermeabilizantes y en la fachada sur se aconseja la ventilación periódica”.

En cuanto al exterior de las viviendas es de gran ayuda disponer de drenaje y desagües de agua lluvias, además de contar con canaletas para reforzar el sistema de evacuación de aguas lluvia, evitando que éstas vayan a cámaras e instalaciones de la red de alcantarillado.

Piazze explica además que generalmente los lugares más críticos y con mayores problemas son la cubierta de la techumbre, que debe ser impermeable y resistente a la acción del viento, y las vías de evacuación de aguas lluvia, las que deben estar siempre libres de elementos extraños que impidan su buen funcionamiento.

Entre las medidas más baratas y prácticas de llevar a cabo se encuentra justamente la limpieza constante de canaletas, bajadas de aguas lluvia, desagües y canales y drenes externos; la revisión de la cubierta del techo y la aplicación de productos impermeabilizantes sobre fachadas.

Finalmente, es importante realizar un chequeo programado al inicio de cada año en estas áreas. “Idealmente es recomendable asesorarse por especialistas para prevenir en primera instancia los efectos del invierno. Además, invertir en impermeabilización y en aislación de las viviendas permite aumentar la vida útil de los materiales de construcción de ésta, medida que a largo plazo se transforma en ahorro de recursos”, concluye Piazze.