Las bajas temperaturas atormentan a los damnificados del terremoto en la provincia de Concepción. Además, las pocas mediaguas entregadas están siendo forradas por dentro para evitar el paso de agua ante la proximidad de las lluvias.
Desde Chiguayante hasta Tumbes, pasando por Dichato, Penco, Lirquén y Hualpén, los damnificados del 27 de febrero reúnen fuerzas para evitar males mayores con el arribo de las bajas temperaturas, que por ahora tienen un piso de 4ºC.
En la Villa Futuro de Chiguayante, los dueños de departamentos -algunos declarados inhabitables- duermen en carpas y al interior de frágiles construcciones de palos y nylon.
Marta Delgado cuida como puede a sus hijos de 8 meses y 5 años, a quienes cubre del frío junto al río Bío-Bío, cubierto de niebla todas las mañanas.
Las mediaguas se levantan con lentitud, pero en la caleta Tumbes ya hay 30, una de las cuales ocupa Gregorio Martínez, pescador que quedó sin casa ni bote.
Agradece la solución provisoria, pero admite que no soportará el arribo de las lluvias, por lo que la forra por dentro.
Sin lluvia por caer dentro de una semana, por ahora la principal preocupación de los afectados es el frío y desconocer si verdaderamente recibirán una solución definitiva.