Preocupación manifestaron parlamentarios por la vulnerabilidad del actual sistema de telecomunicaciones cuyo colapso, luego del terremoto, significó la demora en la entrega de información relevante para el bienestar de la sociedad.

Imagen: subtel.cl

Según la Superintendencia de Telecomunicaciones, en diciembre de 2009 existían alrededor de 16 millones de abonados a compañías de teléfonos celulares. Es decir, de cada 10 personas 7 tienen un teléfono móvil.

Sin embargo, el día del terremoto se produjo un colapso en las telecomunicaciones, cuyo fallo generalizado produjo un efectó dominó.

Éste entorpeció el flujo en las comunicaciones de la Omemi, como también la canalización de la ayuda a los lugares más afectados.

Es por esto que el presidente de la Comisión de Obras Públicas, Transporte y Telecomunicaciones de la Cámara Baja, Patricio Hales (PDP), enfatizó en que es necesario hacer un debate que establezca las fallas y las nuevas tareas para evitar un nuevo colapso.

A la vez sostuvo que existe una modernidad ficticia en materia de telecomunicaciones.

Similar opinión tuvo el diputado UDI, Gonzalo Uriarte, quien sostuvo que esta es la oportunidad para regular y explorar otro tipo de sistemas que deben estar habilitados para momentos de emergencia como el vivido el pasado sábado.

Su juicio fue que definitivamente el último terremoto nos dejó vulnerables en esta materia.

Uriarte expreso que esta es la gran enseñanza que dejó el terremoto, ya que como expuso, no se puede descansar en el sistema de telecomunicaciones que actualmente tiene nuestro país.