A casi un mes de la tragedia que terminó con la vida de un joven padre en la playa de Pingueral, su familia exige medidas de seguridad que impidan nuevos accidentes de este tipo.

La tarde del 27 de enero pasado será difícil de olvidar para quienes visitaban las atestadas playas de Pingueral y Dichato. Un espectacular operativo aeronaval y la participación de una lancha particular permitió rescatar con vida de las aguas a 2 menores de edad, que habían sido arrastrados por la corriente.

Sin embargo, distinta suerte corrió Leopoldo Galindo, de 37 años, quien falleció en medio de la playa de Dichato, mientras intentaba rescatar a su hija y un sobrino.

Hoy, a casi un mes de esta tragedia, el cuñado del fallecido, Rubén Vega, pide que no se olviden las circunstancias del accidente, para evitar nuevas desgracias.

A la pena por la partida del ser querido, se suman la rabia e impotencia que el grupo familiar hacia quienes -a su juicio- han usado la muerte de este joven padre para justificar el cierre de la polémica playa a los no residentes.

Un reclamo que no quieren transformar en resignación, sino en un llamado a las autoridades a mejorar la información y la prevención sobre los peligros de playas como esta, a donde llegan turistas de todo Chile, sin saber el mortal riesgo que esconden sus aguas.