El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, mantuvo este miércoles un hermético silencio ante el nuevo escándalo por paternidad denunciado por su sobrina Mirta Maidana Lugo quien le adjudicó un 4º hijo, concebido supuestamente cuando se desempeñaba como obispo de San Pedro.

Imagen: Pan-African News

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En medio de una apretada agenda, el jefe de Estado ensayó una sonrisa y aceleró sus pasos cuando los periodistas le preguntaron su opinión sobre las revelaciones de su sobrina, hija de su única hermana, Mercedes Lugo, que ejerce como primera dama de la nación.

Mirta Maidana encendió el escándalo el martes, al asegurar que una mujer, Fátima Rocío Rojas, de 19 años, que se casó el sábado en presencia del gobernante, es su hija.

Fátima es la 4º persona cuya paternidad se atribuye a Lugo desde abril pasado. Desde esa fecha, el mandatario reconoció a uno solo, Guillermo Armindo de 2 años, al tiempo que otras dos mujeres le reclaman judicialmente la prueba de ADN por otras dos criaturas.

El ministro de Relaciones Exteriores Héctor Lacognata dijo que las declaraciones de la sobrina de Lugo “es un rumor que no puede afectar la imagen del país”.

El matutino ABC reveló hoy que Lugo ordenó el despido de un miembro del consejo de la hidroeléctrica paraguayo-argentina Yacyretá, Ramón Montanía, a quien habría responsabilizado de las filtraciones que revelaron un salario de 1.150 dólares mensuales para el marido de Fátima, de nombre Luis Paciello.

A su turno, Pompeyo Lugo, hermano del presidente, dijo que su sobrina responde a los opositores del partido Colorado al tiempo que descartó que Fátima sea hija del mandatario.

Sin embargo, las ministras de la Mujer y de la Función Pública, Gloria Rubín y Lilian Soto, manifestaron que Lugo debe hacerse la prueba de ADN.

“Particularmente pienso que ante lo que uno está seguro, reconoce y lo que no está seguro, tiene que hacerse el ADN”, observó Soto a poco de abandonar una audiencia en el palacio de Gobierno.