La guerrilla FARC representa una amenaza a la seguridad de México por la alianza que desde hace años estableció con los cárteles de la droga mexicanos y por ser un factor desestabilizador, advirtió el vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, en entrevista con la AFP.

“Gran parte de la amenaza que hay en México en la seguridad tiene como una de sus anclas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (FARC), dijo Santos, entrevistado en la capital mexicana.

Los cárteles mexicanos se han apoderado de un gran segmento del negocio de la cocaína, en el que la guerrilla marxista tiene una fuerte participación en la producción, procesamiento y comercialización, afirmó.

“Lo que ha habido son alianzas para desarrollar más el negocio” del narcotráfico, sostuvo el número 2 del gobierno de Álvaro Uribe.

El funcionario está en México desde el martes encabezando la delegación colombiana que busca ganar la sede de los juegos Panamericanos 2015 para Bogotá, pero se da tiempo para hablar sobre la cooperación entre ambos países y reunirse con empresarios y estudiantes mexicanos.

Santos se negó, “por respeto a la soberanía mexicana”, a hacer pública la manera en que miembros de la guerrilla colombiana se habrían introducido en México, aunque no descartó que la inteligencia de su país haya informado sobre ello a sus contrapartes mexicanas.

“No se puede perder de vista el factor de desestabilización” que es FARC, añadió, reiterando el deseo de su gobierno de que México la declare organización “terrorista”, como ya hicieron Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea.

El rechazo a esa petición por parte de México provocó en 2004 un roce diplomático que terminó con el retiro abrupto del embajador colombiano.

Por otra parte, Santos defendió la cooperación en materia de seguridad que su país ha mantenido desde hace años con Estados Unidos y más recientemente con México.

“Si el Estado se apertrecha en la soberanía, está partiendo con un flanco de debilidad muy fuerte. La lucha contra esta delincuencia tiene que ser trasnacional”, porque los delincuentes no reconocen soberanías, afirmó.

Como ejemplo de esta cooperación, mencionó el acuerdo firmado en agosto para que 10.000 policías mexicanos se capaciten en territorio colombiano para la lucha contra los cárteles de la droga, cuyas disputas provocaron más de 14.000 muertes en los últimos tres años en México, según cifras oficiales.

Ante la creciente violencia y la sensación de impunidad con la que opera el crimen organizado, el gobierno mexicano tiene unos 50.000 militares y miles de policías desplegados desde 2006 en todo el territorio.

La cooperación internacional ampliará la capacidad del Estado para combatir el narcotráfico, pero “eso requiere tiempo, requiere voluntad política y desafortunadamente a veces requiere pagar un costo difícil”, consideró Santos.

Y ese costo, advirtió, puede convertirse en “actos atroces” que escalan hacia atentados contra la sociedad civil, como el del 15 de septiembre de 2008 en la ciudad de Morelia (oeste), que dejó ocho muertos y más de 100 heridos y es considerado el primer ataque terrorista en México.