Científicos de la Universidad James Cook, en Australia, intentaron explicar un curioso comportamiento de los tiburones, resulta que cuando se voltean al revés quedan “congelados”.
Esta condición se llama “inmovilidad tónica” y es bastante conocida en el reino animal, ya que algunas especies la utilizan para protegerse de los depredadores, como las zarigüeyas, por ejemplo.
Sin embargo, en tiburones se considera raro y sin explicación, ya que son más conocidos por su naturaleza depredadora, especialmente las especies más grandes.
Ahora, un estudio publicado en Reviews in Fish Biology and Fisheries, analizó este comportamiento en 13 especies de tiburones y también revisó la literatura científica disponible sobre la inmovilidad tónica en condrictios, es decir, peces cartilaginosos, donde también figuran las rayas y las quimeras.
Los científicos concluyeron que las 3 hipótesis previamente propuestas no tendrían sustento y que el congelamiento de los tiburones podría no tener importancia evolutiva y más bien ser un comportamiento que simplemente arrastraron de sus ancestros.
¿Por qué se “congelan” los tiburones?
“A pesar de estar bien documentada en todo el reino animal, las razones de la inmovilidad tónica siguen siendo confusas, especialmente en el océano. Generalmente, se considera una defensa contra depredadores. Sin embargo, no hay evidencia que respalde esta idea en tiburones”, escribieron Jodie L. Rummer y Joel Gayford, investigadores del Departamento de Biología Marina, de la Universidad James Cook, en un artículo que publicaron en The Conversation para hablar de sus hallazgos.
Los expertos documentaron que, de las 13 especies de condrictios que estudiaron, 7 presentaron inmovilidad tónica al ser puesto al revés. Al darlo vuelta, el animal “deja de moverse, sus músculos se relajan y entra en un estado de trance”, documentaron.
“Analizamos estos hallazgos utilizando herramientas evolutivas para mapear el comportamiento a lo largo de cientos de millones de años de historia familiar de los tiburones”, explicaron Rummer y Gayford.
Sus resultados no respaldaron ninguna de las 3 hipótesis existentes, que eran: hacerse el muerto para no ser devorado; una función reproductiva, ya que algunos tiburones macho voltean a las hembras al aparearse, para evitar el forcejeo; y una respuesta de sobrecarga sensorial.
“No hay pruebas contundentes de que los tiburones se beneficien de la congelación al ser atacados“, concluyeron, de hecho, en la naturaleza ocurre lo contrario. Se ha documentado que las orcas voltean a los tiburones para inmovilizarlos y atacarlos, extrayéndoles el hígado.
Tampoco encontraron que lo hicieran para aparearse. “La hipótesis reproductiva es insuficiente. La inmovilidad tónica no difiere entre sexos, y permanecer inmóvil podría hacer que las hembras sean vulnerables a apareamientos dañinos o forzados”, señalan.
En cuanto a que sea una respuesta a la sobrecarga sensorial, manifestaron que esta hipótesis no está probada ni verificada.
“La inmovilidad tónica en los tiburones probablemente sea una reliquia evolutiva“, concluyeron. Los científicos creen que posiblemente fue un rasgo ancestral de antiguos tiburones, rayas y quimeras, que se fue perdiendo en algunas especies a medida que evolucionaban.
“De hecho, descubrimos que la inmovilidad tónica se perdió de forma independiente al menos cinco veces en diferentes grupos. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿por qué?“, plantean ahora.
“Más que una táctica inteligente de supervivencia, la inmovilidad tónica podría ser simplemente un “bagaje evolutivo”: un comportamiento que una vez cumplió una función, pero que ahora persiste en algunas especies simplemente porque no hace suficiente daño como para ser seleccionado en su contra”, añadieron.
Referencia:
Joel H. Gayford yJodie L. Rummer. Inmovilidad tónica en peces cartilaginosos (Chondrichthyes): función, historia evolutiva y direcciones futuras. Reviews in Fish Biology and Fisheries, 2025.