A pasos de la extinción: captan imágenes del ave más pequeña de Chile alimentándose en Arica

Martes 22 septiembre de 2020 | Publicado a las 10:57

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En 2018 solo se contaban 316 ejemplares, según un sondeo del Departamento de Conservación del Ministerio del Medio Ambiente y la Unión de Ornitólogos de Chile.

La Corporación Nacional Forestal (Conaf) liberó fotografías y videos captados por uno de sus guardaparques en el Monumento Natural Picaflor de Arica. En ellas se ve al ave más pequeña de Chile, que está en peligro crítico de extinción, alimentándose en un chañar.

El chañar (Geoffroea decorticans) no es un árbol muy popular, incluso muchas personas lo detestan y lo queman por considerarlo maleza.

Sin embargo, para especies como el picaflor de Arica, este árbol les otorga una fuente importante de alimentación, el que figura en el Decreto Supremo 68 que lista y protege la flora nativa nacional.

Pese a que su florecimiento se da entre septiembre y diciembre, en el monumento natural del valle de Chaca este proceso comenzó en agosto, avisando que se acercaba la primavera.

Conaf

Según precisó Conaf a través de un comunicado, fue el guardaparques Joel Mery quien pudo captar fotografías y videos del picaflor de Arica en pleno vuelo, como también tomas de este extrayendo su alimento de este árbol altamente resistente tanto a las heladas como al calor intenso.

“El picaflor de Arica necesita flores pequeñas para libar néctar, por el tamaño reducido de su pico. Por eso este entorno le resulta propicio además para anidar y ojalá multiplicarse, pues es también su época reproductiva”, indicó Mery.

La dupla picaflor y chañar se favorece asimismo porque en este tipo de flores la pequeña ave, que mide de 5 a 7 centímetros, encuentra arácnidos e insectos como coleópteros, mosquitos y larvas.

Si bien el picaflor de Arica tiene amenazas significativas para su supervivencia y por ello está en peligro crítico de extinción, los chañares también enfrentan un panorama complejo, ya que muchas personas los queman de manera intencional al considerarlos maleza.

“Darle un espacio al chañar, aunque sea de a uno, o a otras especies propicias como el yaro, el algodón o la visavisa, por voluntad propia y práctica amigable con el medioambiente, es contribuir a crear corredores de vegetación que se pueden distribuir por todos los valles costeros de la región”, añadió Mery.

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