Esta semana comenzó a regir la nueva Ley de Etiquetado de Alimentos, terminando con la venta de comida chatarra en los colegios.

En la ceremonia de puesta en vigencia de la normativa, en el centro cultural de Lo Prado, la presidenta Michelle Bachelet explicó que esto ayuda a que las familias puedan decidir qué consumir e informarse sobre los productos saludables.

“Nosotros queremos darle un impulso y visibilidad a esto que es más que una nueva ley. Es una política pública histórica para el país y una regulación inédita en el mundo“, sentenció.

La mandataria aseguró que va más allá de restringir la venta de productos poco saludables en los colegios, de colocar octágonos negros en los alimentos o regular la publicidad de los alimentos.

Según la jefa de Estado, se trata de una acción contundente y coherente que enfrenta varios factores que facilitan la mala alimentación y el sobrepeso o la obesidad.

Para Bachelet, es una política pública sólo comparable con los esfuerzos que Chile implementó hace 50 años cuando enfrentó la desnutrición infantil.

“Medio siglo más tarde la lucha es contra la obesidad y el sobrepeso, y hoy enfrentamos condiciones diferentes a lo que debemos hacernos cargo. Es un problema real: la mitad de los niños y niñas de primer año básico ya tiene exceso de peso y somos país líder en índices de obesidad en Latinoamerica”, señaló.

“Esta es una enfermedad silenciosa que limitará seriamente el futuro de niños y niñas, y no basta con el esfuerzo individual o solo de un actor como el Minsal por ejemplo”, sentenció Bachelet.

Por ello indicó que las políticas tienen que ser de todos los sectores, desde los productores de alimentos con apoyo de la sociedad civil.

“Buscamos crear nuevas oportunidades para la industria, con el desarrollo de nuevas líneas de alimentos saludables”, explicó.

Asimismo sostuvo que la ley “llena un vacío dentro de las diferentes estrategias que los gobiernos hemos impulsado porque se han hecho esfuerzos importantes que hay que reconocer”.

El aporte de la ley es de tres puntos centrales: nuevo etiquetado frontal de advertencia de alimentos; prohíbe que la publicidad de este tipo de alimentos se dirija a menores de 14 años; se prohíbe la venta y publicidad de alimentos “altos en” en establecimientos de prebásica, básica y media.

El Gobierno aspira a disminuir el consumo de alimentos con exceso de calorías, grasas saturadas, azúcar, sodio. Además, que los adultos se informen antes de comprar alimentos.

“No se trata de prohibir, queremos asegurar el derecho a escoger lo que es más sano para ellos y sus familias”, destacó.