El Ministerio del Interior anunció la presentación de dos querellas adicionales, tras conocerse los ataques a una quinta iglesia católica en la región Metropolitana y la toma de la Nunciatura Apostólica.

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El último hecho delictivo ocurrió en un templo ubicado en Villa Portales, en Estación Central, y se suma a los tres artefactos incendiarios que estallaron generando daños de diversa concideración en la parroquia Santa Isabel de Hungría, en la misma comuna; la capilla Emmanuel en Recoleta y la capilla Cristo Vencedor en Peñalolén.

A todos estos recintos religiosos, se suma también lo ocurrido en el Santuario Cristo Pobre de Santiago, donde el dispositivo no se activó producto de una falla técnica.

En esta línea, la querella presentada por el Gobierno invoca los delitos de desórdenes públicos e infracción al artículo 120 del Código Penal, referida a la violación de sede diplomática en el caso de la Nunciatura, lugar donde alojará el Papa durante su estadía en Santiago.

Sobre los ataques, el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy explicó que si bien existe un plan de seguridad, este está siendo revisado “porque tenemos clasificadas todas las parroquias (…) y que no son solo en la Región Metropolitana, sino que también en Temuco e Iquique y, claro, habrá que reforzar los recorridos para que no se produzcan este tipo de hechos”.

No obstante, los hechos no sólo se han limitado a Santiago. En Concepción, región del Bío Bío, la donde la oficina del Centro de Conciliación fue atacada con bombas de pinturas y panfletos llamando a protestar contra la visita del jefe del Estado Vaticano.

Este último hecho habría sido realizado por el Movimiento Juvenil Lautaro, organización que signó los papeles encontrados a las afueras del inmueble penquista y de un hecho similar a una oficina del IPS en Ñuñoa.

Por ello, el Ministerio Público investiga la rearticulación de la agrupación y su responsabilidad en el resto de los ataques incendiarios.