Los abogados del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva negociaban este viernes con la policía una posible salida acordada a la crisis generada luego de que el líder de la izquierda no se entregara a las autoridades para cumplir una larga condena por corrupción.

El diputado Carlos Zarattini, del Partido de los Trabajadores (PT), cofundado por Lula, reconoció la existencia de conversaciones casi cuatro horas después de que se hubiera vencido el plazo fijado por la justicia para que se presentara ante las autoridades.

“Hay conversaciones en la policía con los abogados del expresidente, y el partido las está acompañando”, dijo en una conversación telefónica desde el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campos, cinturón obrero de Sao Paulo, donde está instalado el exmandatario desde que el jueves fue emitida la orden de arresto en su contra.

“La idea es evitar que el juez decrete la prisión preventiva y la situación se agrave. Pero aún no hay nada concluido”, añadió el legislador.

Entretanto, la defensa de Lula cursó en la noche un nuevo recurso ante la Corte Suprema, buscando evitar que sea detenido.

Pocas horas antes, la corte de tercera instancia había rechazado un pedido similar.

El legislador del PT Zé Geraldo, que también está junto a Lula, señaló que pasarán la noche en el sindicato y al día siguiente asistirán a una misa.

Lula fue condenado a 12 años y un mes de cárcel por aceptar un apartamento de lujo de una constructora involucrada en la red de sobornos de Petrobras.

Las autoridades de Curitiba , donde despacha el juez federal Sergio Moro, que sentenció a Lula en la primera instancia, preparó una celda de 15 metros cuadrados en una repartición policial para el exmandatario, aislada de otros reclusos.

Si bien era esperada, la rapidez con que fue tomada la decisión de detener a Lula, líder en los sondeos para las elecciones presidenciales, desató un drama político que es transmitido en vivo por la televisión y mantiene en vilo a la sociedad.