La Conferencia Episcopal de Chile dio a conocer este miércoles el documento que plantea “líneas guía para tratar los casos de abusos sexuales a menores de edad”, reconociendo la responsabilidad al interior de la Iglesia.

Durante la presentación, el obispo Alejandro Goic señaló que estas páginas “son el fruto de un proceso emprendido por la Iglesia en Chile en uno de los momentos más dolorosos de su historia. Los abusos contra menores perpetrados por clérigos marcan ciertamente un antes y un después en la vida eclesial chilena”, indicó.

En la misma línea, Goic se refirió a la responsabilidad que cabe a la iglesia y los obispos, preguntándose “¿qué nos ocurrió? ¿cómo pudimos llegar al contrasentido de nuestra misión que significa el daño a menores? ¿Cómo recuperar nuestra debilitada credibilidad de hoy?”

A nosotros, obispos de la Iglesia Católica del Chile de 2015, nos toca dar un paso relevante en este proceso de acompañamiento y reparación”, afirmó.

El vicepresidente de la Conferencia aclaró eso sí, que actualizar estas normas es una tarea que los obispos han emprendido “con humildad, reconociendo que en este caminar estamos todavía lejos del horizonte que nos proponemos hacia un ‘nunca más abusos’”.

El documento fue elaborado durante el año 2013 por el Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas de la Conferencia Episcopal, revisado por la Santa Sede, y aprobado en abril pasado por la Conferencia Episcopal.

En sus ocho capítulos abarca temáticas sobre el compromiso y los procedimientos que debe seguir la Iglesia ante la aparición de denuncias; la colaboración que debe ejercer con la sociedad y las autoridades estatales; las normas de prevención y la serie de cuidados que se le debe prestar a la víctima.

Monseñor Goic hizo hincapié en que las líneas guía se han tejido a partir de los dolorosos aprendizajes de este tiempo. “Asomarnos a la herida abierta y disponernos a curar nos estremeció y nos sigue estremeciendo. Nos duele lo obrado mal. Nos lastima por cada persona dañada, por cada persona silenciada, por cada lágrima derramada y también por las contenidas”.

Revisa aquí el documento: