En Chillán, las pericias se intensificarán para dar con el autor del asesinato de un sacerdote homosexual, luego de que el único imputado por el crimen quedara libre tras comprobarse que no participó del homicidio. Esta vez se considerarán antecedentes que en primera instancia fueron apartados de la arista principal.

En la casa del sacerdote asesinado de 16 puñaladas, se encontró arrugada al interior del papelero una boleta de compraventa. Días antes de la muerte del cura, había adquirido un pantalón en una multitienda de la ciudad.

Las indagatorias llevaron a los detectives hasta el centro comercial, hablaron con la vendedora y accedieron a los videos de vigilancia, donde se identificó al comprador como un hombre alto, de contextura gruesa. En las imágenes se vería con dificultad el rostro, razón por la que hasta ahora se desconoce el paradero del comprador.

Se presume que fue el mismo que estuvo esa noche, previo al homicidio, con el sacerdote, porque una vecina escuchó dos portazos del vehículo y discutir a dos personas.

Ninguna de esas pericias cobraron trascendencia antes, porque por años la mira estuvo puesta sobre Elías Cartes, quien este martes fue liberado tras determinarse que no tiene relación con el crimen, como manifestó el abogado defensor, Giovani Gotelli.

Otra de las aristas que podría investigarse es el rastro de sangre que finalmente no correspondió a la de Cartes, y que fue la principal prueba acusatoria que tuvo la policía durante el proceso. Los peritos químicos de la PDI los encabezaron, hasta que diligencias externas clarificaron la muestra. Sobre esta prueba, tampoco se sabe.

La investigación para develar los motivos por los que el sacerdote de 50 años falleció siguen su curso en la capital provincial de Ñuble.

Recordemos que la Iglesia ya inició una investigación aparte para determinar si curas homosexuales también incurrieron en faltas al voto de celibato, los que además, se dijo, estarían involucrados en el caso.