Aunque el derecho a la sexualidad es universal, para muchas personas con discapacidad ejercerlo sigue siendo un desafío invisibilizado, debido a las barreras físicas, los prejuicios sociales y la falta de apoyo especializado que dificultan el acceso a una vida íntima.
Frente a esta realidad, desde hace algunos años que un grupo de profesionales creó una innovadora silla que facilita las relaciones sexuales para quienes tienen movilidad reducida, abriendo paso a una conversación urgente sobre deseo, autonomía y dignidad.
Innovadora silla sexual inclusiva para personas con discapacidad
La emprendedora chilena, Fernanda Arenas, decidió poner en el tapete el cómo se ha silenciado, por muchos años, la sexualidad de las personas con algún tipo de discapacidad con una solución concreta, que además define como “segura, consciente y hecha con amor”.
Se trata de Full Life, una silla de asistencia sexual fabricada en Chile, pensada para personas con movilidad reducida “que quieren y tienen derecho a vivir su intimidad con autonomía y placer“.
Su creadora, afirmó en un comunicado a BioBioChile que inició este proyecto tras una experiencia reveladora: “Un amigo me pidió importar un producto que le ayudaría a tener relaciones sexuales. Cuando lo vi, pensé ‘¡qué buena idea!’, pero también supe que podíamos crear algo mucho mejor, más digno y funcional. Ahí comenzó todo”, comentó.
Aunque su recepción ha sido ampliamente positiva, no han faltado resistencias. “Nos han aplaudido, pero también nos han llamado pervertidos”, dice Fernanda. “La sexualidad sigue siendo un tabú cuando hablamos de discapacidad. Pero eso es precisamente lo que queremos cambiar”.
Gobierno las entrega para facilitar la vida sexual
La silla también está siendo integrada en espacios clínicos y terapéuticos, ayudando a abrir diálogos que antes parecían imposibles.
De hecho, en el marco de las acciones del Estado para promover la inclusión y autonomía de personas con discapacidad en todos los niveles, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, lanzó un programa piloto para facilitar la vida sexual plena de personas con discapacidad, a través de la mencionada silla.
“La visibilidad de la vida sexual de las personas con discapacidad es tremendamente importante para la eliminación de prejuicios, tabúes, barreras sociales y los estigmas con relación a la sexualidad y la discapacidad, lo anterior, considerando que cada persona experimenta su vida sexual de manera única”, dijeron desde la cartera.
Hubo un testimonio que marcó el camino de este emprendimiento para Fernanda, cuando un hombre mayor se le acercó y le preguntó en el marco de una feria de inclusión: ¿Por qué no existía esto en mi juventud? Dentro de la historia, qué él le contó, mencionó que nunca se sintió suficiente para entregarle a otra persona lo que merecía.
“Cuando negamos la sexualidad, estamos negando mucho más que el placer: estamos negando identidad, autoestima y humanidad. La silla no impone intimidad, la habilita. No reemplaza el deseo, lo habilita”, afirma su creadora.
Además, cuenta con una versión XL en desarrollo, pensada para personas con cuerpos diversos, y planes de expansión. Porque el deseo no desaparece con una lesión, un accidente o una condición física. Solo ha sido invisibilizado, hasta ahora, afirman.