Todos somos diferentes y reaccionamos de forma distinta a los estímulos, sin embargo, los psicólogos han conseguido agrupar y dividir las personalidades para poder estudiarlas de mejor forma.

Uno de los métodos más comúnmente usados es la división por patrones en cuatro tipos: A,B,C y D, los que responden a la forma en que las personas nos relacionamos y cómo reaccionamos ante los factores externos.

Esta propuesta comenzó a utilizarse en los años 50, gracias a la investigación de dos cardiólogos, Meyer Friedman y Raymond Rosenman, quienes quisieron averiguar la relación entre ciertos rasgos de personalidad y la aparición de problemas cardíacos.

A grandes rasgos se puede resumir a las personalidades Tipo A como los Hiperactivos, quienes tienen un alto nivel de competitividad, sensación de urgencia constante y hostilidad. Por lo mismo tienen altas probabilidades de desarrollar problemas al corazón.

En tanto, las personalidades Tipo B son conocidas como los Relajados, quienes tienden a tener menores posibilidades de desarrollar problemas cardíacos. Son más tolerantes, indulgentes y se sienten más satisfechos con la vida.

El tercer tipo de personalidad, la C, son los Concienzudos, a quienes no les interesa tanto hacer las cosas rápido, sino que de forma correcta. También son quienes más reprimen sus emociones, y tienden a aceptar estoicamente los eventos negativos a los que deban hacer frente.

El último grupo es el tipo D, o también conocidos como los Angustiados. Este grupo es quizás el más distinto al resto y también el más difícil de explicar.

“Este es el tipo de pacientes que te dicen que todo está bien, que no hay problema, pero puedes sentir que algo está pasando, que algo no está bien”, explicó el psicólogo Johan Denollet, uno de los expertos que ayudó a definir a este grupo.

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Las personalidades tipo D son las más ansiosas, además es más probable que sean solitarias y que sufran tanto de ansiedad como depresión. Tienden también a ocultar sus sentimientos y fingir que todo está bien, como explicaba previamente el experto.

Pero no sólo eso, ya que también tienen mayores probabilidades de desarrollar Inhibición social, que básicamente es que tratan evitar ciertas situaciones que podrían generarles incomodidad, pues tienen un fuerte temor al rechazo, suelen ser muy severos consigo mismos y tienen una baja autoestima, pero intentan esconder sus emociones.

“La personalidad tipo D es alguien que experimenta una gran preocupación junto a una gran tristeza, pero tiende a reprimir estas emociones negativas”, aseguró al portal Bustle Susan Krauss Whitbourne, Ph.D. y profesora emérita de psicología y ciencias del cerebro en la Universidad de Massachusetts.

“La personalidad Tipo D no es un diagnóstico, pero es un patrón de comportamiento, y no constituye un trastorno psicológico. Sin embargo, puede tener consecuencias significativas para la salud”, agregó.

Paradójicamente, el evitar interacciones para no vivir un mal rato, puede terminar afectando la salud, con problemas al corazón y una alta probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

De hecho, existen algunos estudios que aseguran que las personas con personalidades tipo D que tienen problemas al corazón, tienen peores pronósticos después de un infarto y una mayor tasa de mortalidad, aunque los expertos siguen discutiendo en torno a estos puntos.

A continuación te contamos algunos signos que podrían indicar que tienes una personalidad Tipo D.

1. Te preocupas mucho

Las personas con personalidades tipo D tienden a adelantarse a las cosas, aunque poniéndose en el peor escenario posible.

“Los individuos del tipo D se preocupan demasiado. Incluso cuando no están angustiados, están viendo qué ‘podría salir mal’ con una situación, para planearla y evitar que ocurran problemas”, explicó a Bustle el psicólogo clínico Joshua Klapow.

2. Tiende a sentir pánico en momentos difíciles

No saben reaccionar ante momentos difíciles, porque han evitado siempre pasar por ellos, por lo que el pánico se apodera del momento.

“Tienden a sentirse abrumados fácilmente y sienten que no hay manera de arreglar o remediar una situación cuando no está funcionando”, apuntó Klapow.

3. Sobreanalizan todo

Cuando estas personas se encuentran con un problema repentino o alguna situación que los complica, tienden a darle más vueltas de lo debido y no dejan de pensar en ello hasta que encuentran una alternativa.

“Los individuos del Tipo D se dan cuenta rápidamente de lo que está mal en una situación… notan lo que podría no funcionar, por qué podría no funcionar y cómo podría no funcionar”, añadió el experto.

4. Evalúan constantemente las situaciones en función del nivel de estrés

Si antes de tomar una decisión analizas los niveles de estrés que te podría ocasionar y haces un cálculo mental de la situación, entonces probablemente tienes una personalidad tipo D.

“Todos experimentamos ansiedad. Todos experimentamos angustia. Una personalidad de Tipo D verá el mundo a través de los lentes de la angustia. Por lo tanto, no importa en qué día u hora ocurra la situación, tenderá a evaluar su entorno como algo angustioso”, aseguró Klapow.

5. Tienen problemas para presentarse

Como ya explicamos, estas personas no se sienten cómodas frente a situaciones sociales por lo que las evitan a toda costa, entre otras cosas porque les resulta difícil iniciar una conversación y entablar contacto con desconocidos.

6. Guardan sus emociones

Las personas con personalidades tipo D, no comparten sus emociones ni sentimientos. De hecho, están acostumbrados a que la ansiedad, la preocupación y la depresión se acumulen en ellos, sin expresar lo que les está pasando.

“El individuo Tipo D ha aprendido a dejar de lado los sentimientos negativos y no puede encontrar una salida adecuada para expresarlos”, aseguró Whitbourne.

Preguntas que deberías considerar

Tener una o algunas de estas características no implica que necesariamente poseas una personalidad tipo D, pero si estas señales hacen que tu vida sea difícil, entonces deberías conseguir ayuda médica.

Si aún tienes dudas sobre si perteneces a este grupo, estas preguntas pueden ayudarte a aclarar tus inquietudes.

– ¿Tiendo a reprimir mis emociones y no mostrarlas a los demás?

– ¿Me resulta difícil conocer gente nueva?

– ¿Me siento abrumado fácilmente en situaciones sociales?

– ¿Tiendo a evitar las interacciones sociales cuando es posible?

– ¿A menudo hablo negativamente conmigo mismo?

– ¿Me siento a menudo triste o irritable?

– ¿Tiendo a estar de mal humor la mayor parte del tiempo?

– ¿Me preocupo mucho?

Si crees tener una personalidad Tipo D, no todo está perdido, ya que hay una serie de medidas que puedes tomar para mejorar tu calidad de vida.

Incorpora comportamientos saludables a tu rutina, encuentra la forma de poder conectar con otras personas, ejercítate y ocúpate de la imagen que tienes de ti mismo. Estas, entre otras cosas, podrán ayudarte.