Primero comparten la noticia: serán padres. Suman cientos de ‘me gusta’ y felicitaciones. Luego suben las primeras ecografías, la decoración del cuarto y hasta el día del parto. Incluso los más osados publican hasta videos del nacimiento de la guagua. Así, a medida que el niño va creciendo, las imágenes se van multiplicando en Facebook, Twitter, Instagram y Pinterest, entre otros sitios.

Si bien esta es una práctica que se ha hecho muy común, el coordinador de la carrera de Comunicación Digital y Multimedia de la Universidad del Pacífico, Guillermo Bustamante, afirma que hay que tener mucho cuidado al hacerlo, porque todo lo que se publica en Internet puede salirse de control.

“No hay que olvidar uno de los preceptos básicos de las redes sociales: todo lo que se publica ahí, se queda. La imagen puede transformarse en viral y el pequeño puede ser objeto de bullying cibernético”, advierte el experto.

Uno de los casos más emblemáticos es el de Sam Griner. En 2007 su madre subió una foto de él en la playa, con el puño apretado mirando hacia la cámara. Alguien tomó esa foto y la transformó en meme. Hoy es difícil encontrar a algún usuario que no reconozca al pequeño, ya que es muy popular en todo el mundo.

Sam Griner / Reddit

Para que su hijo, sobrino o ahijado no se transforme en un meme, debe tomar algunas medidas. “Lo primero es definir qué es lo que quiero publicar en las redes sociales. Tengo que aplicar el principio de no publicar lo que yo no haría en mi vida diaria. La pregunta es: ¿qué y por qué quiero publicar algo en las redes sociales?”, comienza Bustamante.

Y es que la felicidad que sobrepasa a los padres primerizos les hace perder la noción del peligro. Así, la necesidad de compartir su alegría con sus conocidos les puede jugar una mala pasada.

“Con las fotos de los niños siempre hay que tener un gran resguardo, porque uno nunca sabe a qué manos pueden llegar. Toda foto se puede descargar. En las redes sociales está el peligro de la pornografía infantil, la pedofilia y el ámbito publicitario, que es cuando usan una foto de un bebé sin tener derechos ni permisos”, advierte el especialista de la Universidad del Pacífico.

Al crearse una cuenta, la gran mayoría de los usuarios simplemente aceptan las condiciones de uso del sitio sin leer antes sus términos. “En Facebook, por ejemplo, está la configuración de la cuenta. Lo recomendable es dejar las publicaciones solo para los amigos, no para los amigos de amigos, ni mucho menos público. Eso impide que alguien desconocido pueda descargar la imagen y de ahí viralizarla, usándola para otros fines que no tienen nada que ver con el original”, indica el académico, quien además añade algo que pocos saben: “Dentro de la normativa de Facebook dice que tú puedas mostrar un 80 por ciento de piel. Si ellos determinan que tu foto es un desnudo, ellos podrían bajar esa fotografía”, aclara.

Una imagen graciosa que muestra a un pequeño tomando su primer baño, es muy común en Internet. Aunque el sentido original de la fotografía no sea más que mostrar al niño en un momento importante de sus primeros años, en las redes sociales todo puede distorsionarse.

“Subir fotos de niños desnudos o con poca ropa es complejo, porque hay que cuidarse de la pedofilia o de lo que se puede llegar a prestarse una foto en internet. Hay que preguntarse: ¿Subiría una foto mía desnudo? Si la respuesta es no, entonces, ¿por qué lo haces con tus hijos?”, interroga Guillermo Bustamante.

Al subir fotos de los niños a las redes sociales no sólo se expone al pequeño a los peligros que puede haber en la red, sino también a bandidos que andan en busca de una víctima. “No se deben publicar fotos donde se puede ver la dirección de la casa, la patente del auto o algún lugar que sea fácil de ubicar”, recomienda el experto.

La moda “Brelfie”: madres dando pecho

La fotografía de una madre alimentando a su bebé puede ser una imagen tierna e inocente, pero muestra más piel de lo permitido en las redes sociales y por ello éstas han decidido reiteradamente retirarlas de sus páginas.

Aun así, las imágenes de amamantamiento se han transformado en una tendencia que ya tiene nombre: brelfie (combinación de breastfeeding, lactancia materna, y selfie).

“Ahora Facebook se ha transformado en el respaldo de fotos, como el álbum digital de las personas. Por eso aparecen todo tipo de imágenes. Pero las fotos donde están las mamás dando pecho siempre las han censurado”, comenta el coordinador de la carrera de Comunicación Digital y Multimedia de la Universidad del Pacífico.

De hecho, durante la semana de la Lactancia Materna, la fotógrafa australiana Melissa Jean Wilbraham fue eliminada de Instagram por publicar fotografías artísticas promoviendo esta práctica. “Su cuenta ha sido borrada por no seguir nuestros términos”, apareció en el mensaje que recibió la artista al tratar de entrar a su cuenta. Y es que finalmente las redes sociales deciden qué se publica y una vez allí, no se sabe dónde la imagen puede ir a parar.

Cuidados al subir fotos de niños a redes sociales:

– Haz tu perfil lo más privado posible. Elige a las personas que quieres que vean esas fotos. Puedes enviar las imágenes por correo electrónico o crear un grupo especial para compartirlas.
– Exige a todos tus familiares y conocidos que siempre te pidan permiso antes de publicar una fotografía de tu hijo en Internet.
– No incluyas información adicional, como el nombre del niño u otros datos como lugares, patentes de auto, dirección de la casa, colegio, etc.
– Asegúrate de que la función de localización (como GPS) está desactivada o que esos datos se han borrado al momento de publicar la fotografía.
– Jamás publiques una foto de un niño desnudo. Aunque sea una foto inocente, hay personas que pueden utilizarla para fines pornográficos.
– No compartas fotos en primer plano de tus hijos, ni imágenes que los muestren haciendo muecas o caras chistosas.
– Lee las condiciones de uso de la red social para conocer qué tipo de permisos estás concediendo.