Oleg Orlov, cofundador de la disuelta ONG Memorial (que recibió el Nobel de la Paz en 2022), fue condenado a dos años y medio de cárcel por sus reiteradas críticas a la ofensiva contra Ucrania.

Rusia intentó hoy acallar las críticas a la campaña militar en Ucrania al condenar al veterano activista Oleg Orlov, cofundador de Memorial, organización que recibió el Nobel de la Paz en 2022.

“La sentencia de Orlov es un intento de silenciar la voz del movimiento de defensa de los derechos humanos en Rusia y cualquier crítica al Estado”, denunció Memorial en un comunicado.

En los últimos dos años de contienda ya son casi 20.000 los detenidos, 900 los casos penales y unos 270 los condenados en el marco de la campaña de represión lanzada por las fuerzas de seguridad, muchos de ellos por controvertidas leyes de guerra como desprestigiar las acciones del Ejército en Ucrania, según informa OVD-Info.

El Tribunal Golovinski de Moscú condenó este martes a 2 años y seis meses de cárcel a Orlov, que fue esposado en la misma sala y trasladado a prisión por agentes encapuchados.

Situación de Oleg Orlov

El activista, de 70 años, fue condenado por el artículo “Querían Fascismo, ya lo tienen” publicado en 2022 en la prensa francesa, crítica que, a la vista de lo ocurrido en los últimos meses, incluida la reciente muerte en prisión del opositor Alexéi Navalni, no exageró, según sus palabras, “ni un ápice”.

La Fiscalía acusó a Orlov, que también se manifestó en la plaza Roja contra la guerra en Ucrania, de albergar odio contra el ejército ruso y animadversión contra los principios morales tradicionales y los valores patrióticos que profesa el Kremlin.

“Nos acusan de desprestigio (a las Fuerzas Armadas), sin explicar de qué se trata y en qué se diferencia de la crítica legítima. Nos acusan de difundir intencionadamente información falsa sin molestarse en demostrar su falsedad. Así, justamente, se comportaban las autoridades soviéticas, al calificar de mentir cualquier crítica”, dijo Orlov la víspera al pronunciar sus últimas palabras.

Orlov se sintió identificado con el personaje de la novela “El proceso” de Franz Kafka -libro que releyó durante las vistas y regaló a su abogada-, ya que él tampoco entiende por qué y de qué le acusan.

“El Estado en nuestro país controla de nuevo no sólo la vida social, política y económica, sino que aspira al control total de la cultura y el pensamiento científico, e invade la vida privada. Se vuelve absoluto”, dijo.