Más de un centenar de funcionarios de la Iglesia Católica en Alemania, incluyendo sacerdotes y profesores, se declararon abiertamente LGBT. La acción es una protesta contra la discriminación y exigen que de cambie el derecho laboral eclesiástico, que permite despedirlos por su orientación sexual.

Un grupo de 125 empleados de la Iglesia Católica de Alemania anunciaron públicamente su pertenencia al colectivo LGTB, para protestar contra la “discriminación” que afirman vivir en el seno de la institución.

El grupo incluye sacerdotes, profesores y profesoras de religión, referentes pastorales, así como empleados administrativos, que demandan una modificación del derecho laboral eclesiástico para que su orientación sexual deje de ser motivo de despido.

“Una vida abierta en consonancia con la orientación sexual y la identidad de género propias, también en pareja o como parte de un matrimonio civil, no puede ser evaluada como una deslealtad o un motivo de despido,” reclama la iniciativa, bautizada como #OutInChurch, en un comunicado difundido a los medios.

Además, solicitan que las enseñanzas de la Iglesia “difamatorias y obsoletas” sobre cuestiones de género y sexualidad sean revisadas, en base a la nueva comprensión que existe de esta materia, y que a las parejas LGTBI no se les impida el acceso a la bendición divina ni a los sacramentos.

“Una iglesia que reclama a Jesús y su mensaje debe actuar con decisión contra cualquier forma de discriminación y fomentar una cultura de la diversidad,” asegura el comunicado.

Algunos integrantes de la iniciativa explican, además, sus motivaciones en un documental de la cadena pública ARD, bajo el título Como Dios los creó, que se estrenó el lunes.

El documental recoge, entre otras, la historia del sacerdote jesuita Ralf Klein, cuya homosexualidad fue denunciada a Roma por un miembro de su congregación, lo que le hizo enfrentarse, según afirma, a una campaña de “exterminio”, a pesar de la aceptación de sus parroquianos.

También relata el caso de una empleada de un decanato que, dos semanas antes de dar a luz a su segundo hijo, recibió una carta del obispado conminándola a separarse de su pareja, otra mujer, o a perder su trabajo.

En marzo del año pasado, la Congregación para la Doctrina de la Fe decidió que no es lícito que un sacerdote bendiga a una pareja del mismo sexo, lo que motivó que, como acto de protesta, varios sacerdotes alemanes celebrasen ceremonias para parejas homosexuales.