Conmoción ha generado en Inglaterra la situación de la exmodelo Louise Glover (42), quien hace 20 años se convirtió en un ícono de la revista Playboy. Actualmente vive en una carpa que le costó 60 libras (74 mil pesos) y recorre la ciudad en su auto; no tiene hogar.
De acuerdo a lo que relató Daily Mail, cuando tenía 23 años Glover fue la modelo mejor pagada de la revista, vivía en la mansión de Hugh Hefner en California y compartía con celebridades como Leonardo DiCaprio.
No obstante, explican, cuando tenía 27 años sufrió de septicemia y un paro cardíaco durante una operación de implantes mamarios, situación por la que pudo haber perdido la vida.
Aquello la llevó a dejar el modelaje y la carrera en Los Angeles (Estados Unidos), para centrarse en una nueva tarea como entrenadora fitness.
No obstante, los malos manejos económicos y negocios poco fructíferos (tuvo un centro de entrenamientos que fracasó en el último año) hicieron que se quedara sin fondos para arrendar una propiedad en Berkshire (Reino Unido).
De hecho, fue expulsada de su última residencia al no poder pagar una mensualidad de 750 libras (935 mil pesos chilenos).
“Estoy postulando a muchos trabajos y haciendo todo lo posible por encontrar empleo. Pero es muy difícil. Espero poder volver al entrenamiento personal y al negocio de pasear perros una vez que me establezca en un lugar, entonces podré retomar mis actividades”, expuso al diario The Sun hace algunos días.
De hecho, la exmodelo reconoció que abrió una página en el sitio GoFundme, con la idea de juntar donaciones para iniciar un nuevo proyecto. Su objetivo es reunir hasta 9.000 libras.
“Estoy recaudando fondos para comprar un barco modesto y funcional en el que pueda vivir: un espacio seco y seguro con un techo sobre mi cabeza y una puerta que pueda cerrar con llave. No tiene que ser lujoso, solo estructuralmente sólido y seguro, con potencial para mejorar con el tiempo”, agregó.
Asimismo, en la misma conversación reconoce que ha obtenido ingresos pequeños paseando perros de algunas familias por las tardes.
“Estoy sin hogar y sobreviví al invierno. No me avergüenzo de ser vulnerable o sin hogar todo ha tenido un impacto enorme en mi salud mental, pero también una clara comprensión de la realidad. Si no fuera por los cuidados de mis perros y el consuelo que obtengo de ellos, honestamente no sé dónde estaría”, concluyó.