Al igual que los humanos, los animales están propensos a cientos de enfermedades producto de factores que pueden ser genéticos y/o ambientales. De esta forma, muchos padecimientos se reiteran entre ambos grupos, evidenciando síntomas símiles.

La cistitis es una enfermedad conocida por su efecto en el ser humano. No obstante, esta condición también afecta a los felinos, convirtiéndose en una dolorosa enfermedad para quienes la padecen.

Paulo Lubí, médico veterinario especialista en medicina felina y director clínico del centro de salud felina Clinicats, explica que la cistitis consiste en la inflamación de las vías urinarias bajas (vejiga y uretra) del gato afectado.

Si bien la cistitis idiopática o intersticial (llamada así formalmente en medicina) es la causa más común de irritación e inflamación (incluso obstrucción) de las vías urinarias bajas en el felino, también hay que considerar que existen otros padecimientos parecidos como la presencia de cálculos (urolitiasis), la infección del tracto urinario bajo, tumores y malformaciones congénitas –entre otras-.

“Una de las principales confusiones en estos casos se produce con enfermedades del intestino grueso que presenten tenesmo fecal, como son el megacolon o la enfermedad inflamatoria colónica”, explica y detalla: “A veces el propietario, al ver a su gato usando su caja sin éxito (acompañado muchas veces de vocalizaciones por el dolor que genera) cree que se trata de un problema de constipación, sin asociarlo a un problema de vías urinarias.

Mala alimentación y estrés

Uno de los principales factores de riesgo para la cistitis intersticial es el estrés. Gaspar Romo, médico veterinario especialista en etología clínica y presidente de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile, detalla que la gran mayoría de los episodios y las recaídas de esta enfermedad suelen ir asociadas a un evento estresante para el gato.

Romo detalla que algunas de las situaciones que provocan estrés en los gatos son:

– Cambios en el medio ambiente físico (Cambio de casa, renovación de muebles, cambio de disposición de los muebles)
– Cambio en el medio ambiente social (Llegada de nuevos integrantes a la familia, como un bebé o una nueva pareja del dueño, llegada de un nuevo gato o un perro, llegada de nuevos gatos al barrio, etc.)
– Cambios en la rutina del gato
– Vivir en un medio ambiente pobre en estímulos (Por lo mismo suelen estar más propensos a presentar este cuadro los gatos indoor)
– Conflictos con otros miembros del grupo social (Principalmente conflictos con otros gatos de la casa)

Por su parte, Paulo añade que otro factor de riesgo que provoca cistitis en felinos es la mala alimentación. “Las dietas que presentan un inadecuado balance mineral o que alteren el pH urinario”, explica.

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Los expertos coinciden que algunas enfermedades sistémicas que disminuyen la densidad urinaria y los factores genéticos, pueden favorecer la presentación de algunas enfermedades de este tipo.

“Es importante señalar que la esterilización, tanto de machos como de hembras, no es un factor de riesgo para la presentación de estas enfermedades”, detalla Paulo. En tanto, las gatas están menos propensas que los gatos, puesto que estos últimos cuentan con un diámetro uretral más pequeño.

Dolorosos síntomas

La cistitis en su forma más severa puede significar para los gatos la obstrucción de sus vías urinarias, impidiendo que este pueda eliminar la orina por el dolor que esto le provoca. Es por lo anterior que escuchar al felino maullar o quejarse mientras intenta eliminar sus desechos, puede ser uno de los primeros síntomas perceptibles para sus dueños.

Otra señal es lamido excesivo del felino en su zona genital, cual busca calmar su dolor. También es posible que la orina del gato se torne de un color rojizo (hematuria) y que el felino vaya varias veces a su caja de arena eliminando pequeñas cantidades de líquido. “Tiene ganas de orinar a pesar de haber evacuado todo el contenido de la vejiga (Tenesmo urinario)”, detalla Gaspar.

Cistitis en gatos: cómo reconocer sus síntomas
eviltomthai (CC)

Los gatos con cistitis además suelen orinar en lugares en los que no están acostumbrados. Respecto a esto, Romo explica que el gato puede asociar el dolor de la micción con la caja de arena en sí, por lo que busca eliminar en otros lugares con el fin de evitar el sufrimiento.

Pablo y Gaspar destacan la importancia de atender al gato que presente los síntomas anteriores, ojalá con un especialista en Medicina Felina, puesto que puede traerle complicadas consecuencias a su salud del minino e incluso la muerte.

“En caso de existir obstrucción completa, el paciente puede fallecer en 24-48 horas si no se restablece oportunamente el flujo de orina”, detalla Gaspar.

Tratamiento y recuperación

Según la gravedad y el agente que provocó la enfermedad en el felino, este puede ser tratado con analgésicos, manejo ambiental, cambios en la alimentación o, en el peor de los casos, debe ser intervenido de forma quirúrgica.

Lubí detalla que el diagnóstico de la enfermedad se hace a través de exámenes complementarios como ecografías, una radiografía abdominal, urianálisis, cultivo urinario, etc.

Respecto al manejo ambiental, Gaspar comenta que cada vez más se incorpora la intervención del ambiente (Modificación multimodal ambiental –MEMO-) con buenos resultados para evitar la reincidencia del problema. “Cuando no se realiza este tipo de intervención, es probable que el paciente vuelva a manifestar signología (la gran mayoría repite el cuadro antes de 1 año o 2 de haberse presentado el primer episodio)”, añade.

“Si hay un estímulo o situación puntual, se trabaja mediante técnicas de modificación conductual para lograr cambiar la emoción asociada a ese estímulo (por ejemplo, se interviene para mejorar la convivencia si hay conflictos con otro gato o con alguien de la familia)”, explica.

Para evitar que el gato sufra estrés, el etólogo recomienda proveer su ambiente de diversos estímulos como, ejemplifica, superficies en altura, escondites, rascadores, juguetes, caja de arena, plato de comida, etc. Romo también destaca que si existe más de un gato, los recursos deben alcanzar para todos.

Respecto a la dieta, hay algunas destinadas a tratar o prevenir este problema, que vienen suplementadas con un péptido derivado de la caseína (proteína de la leche) que tiene un importante efecto ansiolítico, explica.

Finalmente el experto subraya que “aunque sea obvio decirlo, se debe evitar retar, asustar o castigar físicamente al gato”.