Aro Aro Aro que si te digo Peso Pechugón, no pienses que estoy bromeando, anímate a leer y entiende lo que te estoy contando, que de la historia de la moneda hoy te estoy hablando.

Ad portas de Fiestas Patrias y con la tensión producto de todas las situaciones que hemos vivido en las últimas semanas, postergaré por esta ocasión el comentario de política económica del Gobierno, sobre todo teniendo en cuenta que los temas relacionados a las modificaciones a la reforma tributaria y demases seguirán estando en nuestra agenda durante varios días más.

Es por esto, que esta semana hablaré acerca de la historia de la moneda en Chile. ¿Sabes qué tienen en común los papelotes, la macuquina, el doblón, el cóndor, el peso paloma y el peso pechugón? Pues, que todos ellos fueron usados en algún momento como nombres del dinero en Chile.

Por ejemplo, dichos como “le falta una chaucha para el peso” o “cuida la chaucha que el peso se cuida solo”, nacen en los años 40, cuando la “Chaucha” era una moneda de 20 centavos de cobre, que era de gran utilidad, ya que era la más usada por los estudiantes para tomar la movilización que los llevara a su lugar de estudios. Incluso hubo una “Huelga de la Chaucha”, emprendida en 1949 por los escolares que reclamaban por el alza de los precios de las micros.

Antes de nuestra Independencia, los españoles usaron en Chile y en el resto de sus colonias, las monedas de oro (Ducados) y de plata (Reales). Como trajeron muy pocas, comenzaron a usar oro y plata en lingotes y tejos, que eran sellados por oficiales de la Corona en rústicas fundiciones. Por ello, ya en 1535 se creó la primera Casa de Moneda en Ciudad de México, a la que siguieron otras en Lima y Potosí.

En tanto, la Casa de Moneda chilena es de 1743 y las primeras monedas salieron en circulación el 10 de septiembre de 1749.

Con la llegada de la Independencia de Chile, en 1817 se acuñaron monedas de plata de un Peso, que en su anverso llevaban la inscripción “Libertad, Unión y Fuerza”, mientras que en el reverso tenían un volcán, una corona de laurel y la inscripción “Chile Independiente”. No obstante, aunque parezca irónico, las monedas de oro se siguieron acuñando con la imagen de Fernando VII.

Hasta mediados del siglo XIX, el sistema monetario de Chile consistía en onzas de oro y sus fracciones. Además, la moneda de plata era igualmente heterogénea, existiendo también la moneda de cruz o macuquina, consistente en un trozo de plata cortado a cincel.

Ya con la República consolidada y con un Estado que para preciarse como tal debía tener su propia moneda y ordenado su sistema, el Gobierno dispuso la adaptación de las monedas al nuevo sistema decimal, gracias a lo cual los valores se comenzaron a expresar en centavos, décimos y pesos, en monedas de oro, plata y cobre.

Para las de oro había tres clases: Cóndor, Doblón y Escudo. Mientras que las de plata se dividieron en cinco tipos de monedas: Un Peso, Cincuenta Centavos, Veinte Centavos, Diez Centavos y Cinco Centavos. Finalmente, las de cobre se dividieron en dos clases: Centavos y Medio Centavo.

En 1858 comenzó a circular una nueva moneda de plata, denominada “Peso Paloma”, que luego, en 1867, se pasó a llamar “Peso Pechugón”.

Debido a la escasez de oro y plata e incluso de cobre, en octubre de 1870 el Gobierno emitió en su reemplazo monedas que usaban aleaciones de otros metales, como níquel y zinc.

Luego, mediante la Ley de Bancos de emisión, entre 1860 y 1898, se le permitió a los privados emitir billetes convertibles en monedas de oro y plata, lo que llevó a la aparición de billetes de diferentes diseños, tamaños y colores.

Después, en 1925 fue creado el Banco Central de Chile, al que se le dio la tarea de emitir las monedas y los billetes. La moneda utilizada en ese momento era el Peso, que estaba dividido en Cien Centavos, aunque a los “Diez Pesos” se les llamaba “Un Cóndor”.

El Peso se mantuvo como la moneda nacional hasta que se reemplazó por el Escudo a partir del 1 de enero de 1960 (E°1 = $1.000). A las divisiones de dicha moneda se les denominó Centésimos.

Finalmente, en 1975 volvió a establecerse el Peso como unidad monetaria y se determinó que mil Escudos equivalían a un Peso. Todo con la finalidad de implementar el nuevo sistema económico que iba de la mano con una moneda fuerte.

Actualmente, las características de los billetes y sus medidas de seguridad se establecen por acuerdo del Consejo del Banco Central de Chile, el que se publica en el Diario Oficial.

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