Turbulencias de distinta naturaleza están atravesando el mundo. América Latina no es la excepción. Ésta atraviesa una profunda crisis en sus relaciones internacionales, acentuada por la fragmentación política e instituciones incapaces de dar respuestas efectivas a desafíos globales como las migraciones, narcotráfico, defensa de la democracia, DDHH, y una respuesta coordinada a la pandemia.

La política exterior de Chile debe reconocer la crisis global que interpela el orden internacional liberal y la necesidad de generar mayores espacios de autonomía estratégica.

Asimismo, los complejos desafíos globales requieren de miradas renovadas y abiertas, centradas en la cooperación como centro de la gobernanza global.

Proponemos avanzar hacia un nuevo ciclo de diplomacia sobre la base de un Nuevo Pacto de Política Exterior. Un pacto que pueda hacerse cargo de las tensiones entre la creciente interdependencia global y la necesidad del Estado de responder a las demandas ciudadanas con políticas de alcance local.

Este Nuevo Pacto debe orientarse a la generación de condiciones necesarias para un desarrollo sostenible, igualitario y justo. Restaurar el diálogo y la cooperación para un accionar cohesionado y estable, así como la ampliación de mecanismos institucionales de participación y control democrático de la política exterior serán necesarios

Este Pacto dotará al país de mayores grados de autonomía en defensa de los intereses nacionales y de nuestros principios de política exterior, entre ellos, la paz y la seguridad internacional; la reafirmación de nuestra vocación democrática y de respeto a los DDHH; la protección activa del medio ambiente y de la biodiversidad; la perspectiva de género; la internacionalización de las regiones y comunas para un desarrollo territorial equitativo; la solución pacífica de controversias y la protección de la Antártica y Océanos. Para ello es imprescindible el fortalecimiento de un orden multilateral activo, con responsabilidades claras y en donde se acate el Derecho Internacional.

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