Durante el último año las criptomonedas han recibido una gran atención de los inversionistas y la prensa especializada por la importante alza en el valor de estos activos, que luego se revirtió dramáticamente. El caso del bitcoin es el más comentado, ya que perdió un 40% de su valor en tan solo una semana. La caída se explica por una serie de medidas que tomó el gobierno chino para restringir el comercio de bitcoins en ese país, argumentando que la inversión especulativa de criptomonedas puede tener impactos negativos en los mercados financieros. Simultáneamente, Elon Musk anunciaba que Tesla no continuaría aceptando pagos en bitcoins, debido al alto consumo energético que requiere la producción de criptomonedas, cuestionando su sustentabilidad ambiental.

En nuestro país, las criptomonedas no tienen un reconocimiento legal, aunque existen negocios que aceptan bitcoins como medio de pago. Sin embargo, al igual que en otros países, en Chile el bitcoin se ha usado principalmente como activo financiero, es decir, como una forma de inversión. Cabe mencionar que las ganancias que se obtengan de la compra y venta de bitcoins en Chile pagan impuestos como cualquier otra inversión.

El uso de criptomonedas tiene ventajas y desventajas. Entre las ventajas destaca su uso en transacciones internacionales, ya que las comisiones serían menores que las de intermediarios tradicionales. Además, permite operar de manera anónima y segura. El bitcoin tiene ventajas adicionales, como disponer de un mercado con liquidez. Asimismo, se trata de una moneda que por construcción tiende a ganar valor, debido a que la cantidad máxima de bitcoins que puede existir está limitada. Entre las desventajas se cuenta la necesidad de contar con internet de banda ancha para hacer transacciones, es decir, no se pueden hacer pagos offline. Por otro lado, la velocidad de las transacciones es lenta, pocos negocios aceptan criptomonedas como medio de pago, y se debe pagar comisiones para cambiar los bitcoins por otras monedas.

Se mencionó que el bitcoin tiende a ganar valor en el tiempo, debido a que la cantidad máxima de bitcoins está limitada, y la creación de nuevos bitcoins es lenta y energéticamente intensa, por lo que cuando aumenta la demanda por bitcoins también aumenta su precio. Esta característica lo hace interesante como activo financiero, pero le quita atractivo como medio de pago, ya que, debido a que los precios de los demás productos de la economía pierden valor en términos de bitcoins, no es para nada conveniente endeudarse en bitcoins. Por otro lado, el bitcoin proclama que uno de sus mayores atractivos es que se trata de una moneda descentralizada, sin instituciones financieras que controlen su oferta y demanda. No obstante, dicho atributo se puede convertir en una gran debilidad durante una crisis financiera, donde el rol de prestamista de última instancia de los bancos centrales es clave para contener los impactos negativos que se propagan por la economía.

Se debe mencionar que no todos los problemas del bitcoin son generalizables a las otras criptomonedas. El bitcoin fue la primera moneda en ocupar la tecnología blockchain, y es la más conocida, pero actualmente existen alternativas como Ethereum, más eficientes desde la perspectiva medioambiental y de la velocidad de las transacciones.

Las criptomonedas seguramente van a jugar un rol importante en el futuro, aunque su rol como medio de pago será limitado. Probablemente su uso se limitará a ciertos tipos de transacciones, como las transferencias internacionales o intercambios que requieran el anonimato de las partes. Es decir, el bitcoin será una nueva forma de dinero, que complementará los medios de pago que actualmente existen, pero sin llegar a sustituirlos. Sin embargo, se trata de una tecnología en desarrollo, que nos puede sorprender con funciones y características que aun nadie imagina.

Guillermo Acuña
Investigador del Centro de Estudios en Economía y Negocios
UDD

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