No se puede hablar de fortalecer el sector público sin dar las herramientas y reconocimientos a sus trabajadores.

Hablar de salud pública en Chile es hablar del compromiso inquebrantable de sus trabajadoras y trabajadores. Somos quienes, con vocación y entrega, sostenemos los establecimientos de salud, incluso en las condiciones laborales adversas, con denuncias de maltratos por parte de los directivos de los hospitales y expuestos a las agresiones que han sido conocidas. Y, sin embargo, ese compromiso no ha sido correspondido por parte del Estado.

La deuda con nosotros tiene nombre y apellido: Carrera Funcionaria.

La Carrera Funcionaria: una herramienta de dignidad laboral

Durante años, este ha sido un anhelo legítimo de miles de trabajadoras y trabajadores de la salud, que esperan no solo reconocimiento, sino también una ruta clara de desarrollo laboral y profesional.

La Carrera Funcionaria no es un privilegio, es una herramienta justa para avanzar en dignidad laboral, estabilidad y proyección. Debe ser considerada también cómo una política necesaria para fortalecer el sistema público y asegurar que quienes lo sostienen no sigan siendo precarizados o relegados.

Hoy, cuando se revisa el estado del empleo público, queda en evidencia una profunda desigualdad. Mientras otros sectores del Estado han avanzado en estructuras de carrera, estabilidad laboral e incluso mejoras salariales sistemáticas, el sector salud continúa esperando. Las y los trabajadores de la salud somos de los estamentos más precarizados del aparato público, con brechas salariales evidentes, especialmente en el personal técnico, auxiliar y administrativo.

Más del 75% de quienes trabajan en salud lo hacen sin acceso real a promoción ni reconocimiento de su experiencia o formación, con una alta tasa de contratación a honorarios o contrata, lo que impide acceder a estabilidad y genera una rotación que afecta tanto al equipo como a la atención al usuario.

La promesa sin cumplir del actual gobierno

El actual gobierno se comprometió con el fortalecimiento de la salud pública a través de la Carrera Funcionaria, que no discrimine por estamento y que reconozca la trayectoria, la experiencia y la formación. Sin embargo, vemos con preocupación cómo este tema sigue postergado, dilatado por tecnicismos, falta de voluntad política y por una lógica fiscal que no pone en el centro a las personas.

Desde la Confederación Fenats Nacional hemos sido claros: la Carrera Funcionaria no puede seguir esperando. Hemos planteado propuestas concretas, hemos sostenido mesas de trabajo, hemos entregado diagnósticos. Lo que hoy falta no es voluntad de diálogo, sino voluntad política de cumplirle a quienes han sostenido el sistema en los momentos más duros, como fue la pandemia.

No se puede hablar de fortalecer el sector público sin dar las herramientas y reconocimientos a sus trabajadores. No se puede hablar de justicia sin reconocer a quienes, pese a todo, siguen cumpliendo su labor con entrega diaria. Y no se puede construir una salud digna para el pueblo sin avanzar en condiciones laborales dignas para quienes trabajamos en ella.

Por eso hacemos un llamado a la ministra de Salud, Ximena Aguilera, a concretar su compromiso de firmar un anteproyecto de ley de Carrera Funcionaria que nos permita a las y los trabajadores de la Salud avanzar en las gestiones y acciones frente al Parlamento y con otras autoridades del gobierno. Es un gesto de voluntad política en favor de los funcionarios lo que esperamos, tal como pasó el año pasado con las Isapres.

Hoy exigimos que la Carrera Funcionaria deje de ser una promesa y se convierta en realidad. Por justicia, por coherencia, por compromiso. Porque la dignidad laboral en salud no puede seguir esperando.