Un quiebre ocurrió en Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa). Los socios de la Corporación del Libro y la Lectura, mediante una carta, decidieron restarse del evento y lo calificaron como “improvisado” y con un interés “netamente comercial”.

Más de 80 editoriales se marginaron del gran evento que se realizará entre el 25 de octubre y el 11 de noviembre en el Centro Cultural Estación Mapocho, en la región Metropolitana. La razón: el gremio no está de acuerdo con la centralización y los focos comerciales de la Cámara Chilena del Libro como organizadora, sostuvo El Mostrador.

Pinguin Random House, Santillana, Catalonia, Planeta y Vicent Vives son algunos de los sellos que se restarán. A ellos se les suma la Asociación de Editores Independientes de Chile.

“Nos dejaron claro que la feria es de ellos. No moriremos con ellos avalándola, hay que modernizar todo, no podemos estar en una feria que marca el paso”, señaló al respecto Arturo Infante, presidente de la Corporación del Libro. “Esta es una feria que no nos interpreta, no tenemos una mínima injerencia y está en declinación”, agregó.

No es primera vez que existen roces entre ambos organismos. Por ello, el Ministerio de las Culturas ya había actuado como mediador y no descartó hacerlo esta vez, pese a la misiva de la Corporación. “Este es un problema entre privados. Si podemos propiciar un nexo para que se realice (la feria) bien, pero no podemos obligar un resultado”, indicó el subsecretario de las Culturas, Juan Carlos Silva.

En tanto, ya hay algunos comentarios en redes sociales:

“La Filsa ha venido en decadencia los últimos cinco años”, agregó el autor nacional Jorge Baradit.

La Feria, que lleva tres décadas organizada por la Cámara Chilena del Libro, ha logrado reunir a miles de lectores de todas las edades.

El valor de las entradas fluctúa entre los 700 pesos (para estudiantes) y los 3 mil pesos diarios, aunque con algunas rebajas específicas para profesores, escritores y adultos mayores.