La simulación de un atropello, lo que sería atentar contra su propia integridad física, no constituye un delito en el caso del pastor detenido en medio de una fiscalización por un culto clandestino en la provincia de Bío Bío.

El evento se registró en Villa Los Historiadores, luego de una denuncia anónima que advertía sobre esta actividad de tipo religiosa en la comuna de Los Ángeles, que se encuentra en cuarentena hace más de un mes.

Al momento de fiscalizar, al menos dos hombres increparon al personal militar que se desplegó hasta aquel lugar, llegando a agredir a uno de los uniformados que prestaba colaboración.

En medio del proceso, uno de los hasta ahora imputados fingió ser atropellado por una camioneta cuando ésta retrocedía. El fiscal Carlos Díaz aclaró que este acto no constituye un delito, a pesar de lo llamativo que resultó para la población.

En este caso, los delitos imputados son tres: agresión a personal militar en sus funciones, lesiones menos graves e infracción al artículo 318 del Código Penal sobre poner en riesgo la salud pública.

En conversación con La Radio, Patricio Gutiérrez, abogado defensor penal público, explicó que se debe analizar si este último cargo representa un delito. Según su versión, los detenidos poseen libertad de culto para celebrar este tipo de reuniones.

Ambos hombres quedaron en libertad, pero con prohibición de acercarse a la víctima y arraigo nacional. Además, se fijó un plazo de 3 meses para la investigación.

Al consultar al defensor jefe de Los Ángeles sobre si los representados se opusieron a aquella decisión, éste confirmó que no tuvieron mayores reparos a lo decidido en la audiencia respecto a las medidas cautelares.