La Superintendencia de Educación se encuentra indagando una negligencia que afectó a un niño autista en el Centro Integral Linda Correa de Quilpué, región de Valparaíso, quien cayó a un estero cercano al recinto educacional, hecho que -en primera instancia- fue ocultado a los padres del menor, los que denunciaron la situación por redes sociales.

Una dolorosa situación fue relatada por una apoderada de Quilpué, región de Valparaíso, la cual afectó a su hijo autista de 8 años en el Centro Integral Linda Correa de la comuna a fines de mayo pasado, quien cayó al interior de un estero -lleno de agua sucia- en cercanías del recinto, hecho que fue ocultado en su momento por funcionarios del recinto educacional y que está siendo investigado por la Superintendencia de Educación.

En específico, todo comenzó el 23 de mayo, jornada en que la apoderada -de acuerdo a su relato publicado en redes sociales- recibió una llamado de la profesora de su hijo, quien le precisó que “durante un descuido en el recreo, se había metido a la ducha mojándose, por lo cual había tenido que cambiarlo de ropa. Mientras hablábamos, yo sentía el llanto de mi niño descompensado”.

Acto seguido, el padre del menor acudió al colegio a buscar a su hijo, momento en que la profesora “le dio la misma explicación. Al llegar a casa notamos que no venían sus cosas, entre ellas la ropa mojada. Marco vuelve a buscarla y solo le es entregado su comunicador”, recibiendo ella un mensaje momentos más tarde en el cual se le decía “‘Ya cariño, se me quedó todo aquí…. Todo quedará guardado, la ropa me la llevaré para que no se ponga hedionda’”.

Al día siguiente, de acuerdo a lo explicado por la apoderada, la profesora de su hijo le mandó una comunicación en la libreta, donde le indica que “no había podido enviar la ropa aún, debido a un desperfecto con su secadora. El miércoles 25 nos devuelven la ropa lavada y seca, borrando cualquier rastro de lo sucedido. El jueves 26, alrededor de las 17.30 horas, recibo la llamada de una funcionaria del colegio muy afectada, me dice que se me oculta algo grave y que no soporta que se me esté engañando”.

Dicha funcionaria, explicó la mujer, le señaló que “lo que realmente ocurrió el 23 de mayo, que mi hijo habría salido del colegio sin que nadie lo notara, que había caminado solo por la calle hasta llegar un sitio eriazo, cayendo dentro de un estero encajonado con aguas negras y putrefactas, que no saben ni cuándo ni cuánto tiempo estuvo fuera y que para ese día ya lo daban como un hecho superado casi anecdótico”.

“Somos una familia quebrada”

“La vida de nuestra familia tiene un antes y un después a partir de ese día, somos una familia quebrada. Estamos viviendo un duelo”, manifestó en su publicación la madre del menor de 8 años.

Eso sí, la situación no quedó allí, afirmando que el 27 de mayo su marido llamó “al sostenedor del colegio quien le señala que ya sabía de la situación, que incluso él había estado el lunes en la tarde en el colegio y que iba hablar con la directora. Luego, en la noche, volvimos a llamar y él solo decía ‘ya le pedí un informe a la directora’ y no daba mayores explicaciones ni importancia”.

A inicios de la semana siguiente, su pareja fue al colegio en cuestión con el objetivo de pedir explicaciones, momento en que “la directora reconoce el hecho y relata que el niño se salió durante el recreo y que la profesora, en algún punto, se habría dado cuenta luego de no encontrarlo en el colegio”.

A ello, agregó que la directora del establecimiento se excusó de “no haber cumplido con los protocolos porque ella no supo por qué habían salido corriendo hacia el sitio (…) Al ser cuestionada porque no había avisado a la familia, señala que cuando estaban bañando al niño la profesora le decía ‘no le paso nada, está bien’. Ambas decidieron ocultarnos todos los hechos aludiendo que no era necesario que pasáramos un mal momento”.

“No llamaron a Carabineros, no llevaron a mi hijo a un centro asistencial, inventaron y falsearon información construyendo una coartada, lo desnudaron y lo bañaron aprovechándose de su condición. Él jamás podrá contármelo, qué vivió o sintió”, expuso la mujer, quien precisó sentirse “burlada” y que como familia “perdimos toda confianza y necesitamos reparación y justicia”.

Tras su publicación, el texto de la apoderada fue ampliamente difundido a través de redes sociales, siendo borrado posteriormente por la madre del menor.

Acciones de la Superintendencia de Educación

Desde la Superintendencia de Educación se refirieron al hecho, indicando a BioBioChile -por medio de un comunicado- que “se pudo constatar en primera instancia, tras el análisis de los antecedentes aportados por el establecimiento, que se habría infringido la normativa educacional en cuanto al deber de cuidado y de seguridad que tiene el sostenedor de los niños y niñas que asisten a su establecimiento”.

Lo anterior, considerando según el estamento que “son responsables del resguardo de su integridad física y psicológica”.

Asimismo, precisaron que en caso de existir una “infracción a la normativa educacional, se inicia un procedimiento administrativo que puede terminar en sanciones a los sostenedores, desde una amonestación a multas en UTM, de acuerdo a la naturaleza y gravedad de la infracción”.

Por su parte, desde la Defensoría de la Niñez sostuvieron que se contactaron con la madre del menor, entregándole la orientación respectiva.

BioBioChile intentó contactar al Centro Integral Linda Correa de Quilpué para obtener su versión de lo ocurrido, sin obtener respuesta al cierre de esta nota.

Puedes leer el comunicado completo de la Superintendencia de Educación a continuación: