Desde el Complejo Penitenciario de Punta Arenas, Bastián Quezada y Gali Valderas, se conectaron al tribunal para el juicio en su contra. Ambos fueron condenados por el robo en una casa en la Población Club Hípico.

Los hechos ocurrieron el 5 de marzo. Según la acusación, los jóvenes –ambos de 19 años– concurrieron a la intersección de Mardones con Bulnes y rompieron el candado del portón de una casa. Después saltaron el muro que separa su jardín con un condominio y se dirigieron a una de sus viviendas para sustraer especies.

Tras forzar su entrada habrían robado un televisor de 55 pulgadas, carpas, sacos de dormir y artículos de ferretería, entre otros. Los objetos fueron cargados en una camioneta Volkswagen de la víctima, para posteriormente huir del lugar.

La Sección de Investigación Policial (SIP) de Carabineros –que avalúa el botín sustraído en $20 millones– descubrió el vehículo a un costado de la iglesia incendiada de Río Seco. Después se entrevistaron con un testigo que reconoció a Quezada que conducía la camioneta.

La detención se concretó el 23 de marzo. Desde entonces los jóvenes cumplen con prisión preventiva. Ayer ambos se sometieron a las reglas de un juicio abreviado y aceptaron su autoría del delito.

El castigo que tendrán que cumplir se conocerá el jueves. La Fiscalía pide cinco años de cárcel y les reconoce a ambos la atenuante de colaboración con la justicia, pues admitieron sus responsabilidades.

A Valderas Vidal también le beneficia no tener antecedentes penales. Con dos atenuantes, podría cumplir con una pena en libertad, de hecho, tras ser condenado el tribunal modificó la prisión preventiva por arresto domiciliario total.

Quezada no tuvo la misma suerte. Tiene al menos una condena por robo y causas pendientes por hurto y manejo en estado de ebriedad, por lo que podría llegar cumplir la pena del robo con cárcel efectiva.