La feria Lillo de Castro nuevamente sufre producto de goteras en su infraestructura, por lo que sus locatarios piden solución al municipio.
Aún no llega el invierno y los trabajadores del histórico edificio, emplazado en la costanera, deben utilizar todo tipo de recipientes para proteger sus productos.
Teresa Melipillán, quien tiene un local de artesanías que a diario recibe a turistas, sostuvo que se cansaron de esperar una respuesta de las autoridades.
Miguel Sandoval, otro locatario, señaló que la estructura es antigua y que viven con dificultades en la techumbre.
Lorena Ruiz, quien se encuentra en el acceso al recinto, mencionó que pese a pagar patente y que la estructura es del municipio, se sienten abandonados.
Desde la municipalidad de Castro señalaron que en los próximos días se iniciarán trabajos para reparar la techumbre de la edificación.

