VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, respaldó a Gendarmería tras revelarse una fiesta clandestina en Santiago 1 con asado, whisky y música, pero admitió que “probablemente haya funcionarios involucrados”. El evento fue descubierto por videos en redes sociales, desencadenando allanamientos y sumarios. Gajardo calificó el hecho como inaceptable y señaló que se investiga cómo se introdujeron elementos prohibidos, sugiriendo posibles implicaciones de personal penitenciario.

El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, respaldó este lunes el actuar de Gendarmería luego que se conociera que cerca de 23 internos participaron en una fiesta clandestina al interior del penal Santiago 1, donde hubo asado, whisky, música en altoparlantes y uso de teléfonos celulares.

Pero junto con defender el trabajo de la institución, el secretario de Estado reconoció que “probablemente haya funcionarios involucrados” en el evento que generó el escándalo.

Fiesta clandestina en Santiago 1, con asado y whisky

El hecho quedó al descubierto este pasado domingo tras la difusión de videos en redes sociales que mostraban el festejo en el módulo 35 del penal Santuago 1, lo que derivó en un allanamiento, un sumario administrativo y una denuncia al Ministerio Público. Las imágenes fueron transmitidas por los propios participantes de la fiesta, quienes luego quedaron recluidos en celdas de aislamiento.

Consultado por el episodio, el ministro de Justicia, Jaime Gajardo, calificó la situación como inaceptable, pero recalcó que Gendarmería actuó de forma inmediata una vez conocida la filtración de imágenes, y respaldó su trabajo:

“Gendarmería tiene el control en los establecimientos penales (…) Estamos investigando quiénes permiten la entrada de elementos prohibidos porque nuestro objetivo es desbaratar las redes que están operando dentro de las cárceles”, afirmó el ministro en entrevista con Radio Duna, subrayando que existe un trabajo coordinado y sistemático con el Ministerio Público y las policías.

Posibles funcionarios involucrados

Respecto de cómo ingresaron whisky, carne, parlantes y celulares al módulo 35, Gajardo no descartó participación de personal penitenciario.

“Hay ingresos de elementos prohibidos que superan los controles. Probablemente, haya funcionarios involucrados y por eso hay una investigación. Además, hubo falta de control directo en ese módulo”, sostuvo.

Pese al caso puntual, el ministro añadió que el Gobierno ha tomado medidas para cerrar espacios a la corrupción interna. “No teníamos una estrategia decidida para combatir la corrupción, pero hoy los funcionarios que se apartan de sus funciones se van a la cárcel”, aseguró.

Gajardo defendió además los avances en materia de seguridad penitenciaria. “Si vamos a los índices, hemos disminuido considerablemente las cifras. Hemos aumentado los escáner corporales para las entradas, tenemos inhibidores de celulares y mayor inversión en elementos de seguridad para Gendarmería”, aseguró.

Sobrepoblación crítica y necesidad de más plazas

El ministro también abordó el problema estructural de capacidad carcelaria. Explicó que actualmente hay 62 mil 900 personas recluidas en Chile pero hay cupos para 45 mil. “Eso es 40% de sobrepoblación”, dijo, advirtiendo que algunas regiones están en una situación más crítica que otras.

Sobre la necesidad de cárceles más aisladas o con regímenes más duros, como se ha planteado por algunos candidatos presidenciales, Gajardo dijo que los recintos de máxima seguridad en Chile ya operan con ocupación reducida para garantizar pleno control.

“Las cárceles más peligrosas las mantenemos con un tercio de ocupación. Allí hay regímenes muy estrictos, celdas con monitoreo 24 horas y solo dos horas de patio. Es uno de los sistemas más duros de Sudamérica. Por eso Larry Changa -por ejemplo- pidió que no lo trajeran a Chile”, comentó.

El módulo del penal Santiago 1 donde ocurrió la fiesta corresponde a internos de mediano compromiso delictual, añadió el ministro, por lo que un episodio de ese tipo “no se verá en módulos de máxima seguridad”, aseguró.