En las últimas horas se dio a conocer un video en el que un grupo de venezolanos muestran, a manera de tutorial, la forma de ingresar sin documentación a Chile, vía territorio boliviano.

“Ahí vamos nosotros camino de Oruro a Pisiga (ciudad limítrofe de Bolivia con Chile) así que vamos a decirles un poquito sobre el recorrido, el camino dura aproximadamente de 3 a 4 horas… el camino es un poco como desértico no hay mucha vegetación verde ni nada, la carretera excelente a esa hora íbamos solos”, asegura el venezolano que narra en el registro su travesía hasta llegar a un refugio en Iquique.

Las imágenes dieron mucho de qué hablar en las últimas horas, desatando una serie de críticas debido a lo que muchos consideraron la normalización de la inmigración ilegal, sin perder de vista que los afectados vienen de una situación extrema en su natal Venezuela.

BioBioChile se había contactado días atrás con dos venezolanos que residen y trabajan de forma legal en este país. Uno en comunicaciones y otro en temas informáticos.

La idea era consultarles sobre lo que opinaban a cerca de la participación de algunos de sus compatriotas en fiestas clandestinas, al punto en que dos de ellos enfrentan procesos de expulsión de Chile, debido a que rompieron la norma sanitaria tras haber participado en un cumpleaños infantil en Villa Alemana, Valparaíso.

Providencialmente, a sus descargos agregaron sobre la inmigración ilegal que emprenden muchos de sus compatriotas a países como Chile. Consideran que antes de juzgar, se debe tomar en cuenta la debacle socioeconómica agudizada con el gobierno de Nicolás Maduro. No obstante, no pierden de vista los mecanismos de ley que se deben seguir a la hora de intentar ingresar a otra nación ajena a los problemas de su tierra natal.

“Aunque estoy de acuerdo en que en situaciones como ésta es necesario contextualizar las razones que llevaron a cada persona a emigrar de manera ilegal (en especial con la crisis económica, social y política que vive Venezuela) considero que todo extranjero, no solo venezolano, que ingrese ilegal al país, evadiendo controles, saltando protocolos sanitarios e incumpliendo la ley, debe ser expulsado, sostiene el comunicador Jean Michael Tálamo Lara.

Otro de sus compatriotas también hace referencia a lo mal que la han pasado los venezolanos en los últimos años, al punto de emprender una migración masiva que ya sobrepasa los 4 millones de personas.

Captura de pantalla

“Es una pena, ya que detrás de cada uno de nosotros los inmigrantes hay historias y sufrimiento personal. Pienso que debe haber control de acceso a una migración segura en cada país, pero una vez dentro las razones humanitarias deben prevalecer, sobre todo a pesar de los tiempos difíciles. Somos víctimas de las circunstancias en busca de oportunidades que nos han sido arrebatadas”, apunta Esser Hernández, quien se gana la vida programando desde un computador, pero antes realizó otro tipo de trabajos que lo tienen aportando a la sociedad chilena.

Aclara que, a pesar del sufrimiento, no se trata de permitir que se lleve a cabo un ingreso masivo de personas, máxime de forma ilegal. La comunidad venezolana se ha caracterizado por ser una de las más unidas en este territorio. Las redes de ayuda para promover entre ellos empleo y bienestar al que se abre camino en Chile, son actitudes de todos conocidas.

“Pero con esto (con la mirada al sufrimiento) no quiero decir que no se deben cumplir las normas, leyes y reglas, cada país tiene las suyas y son esas las que debemos acatar, también se sabe lo difícil que es la regularización de un extranjero y la larga duración de este proceso pero esto tampoco es excusa, vinimos al país a aportar honradamente y cualquier persona que cometa un delito debe tener consecuencias”, precisa Hernández.

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Actualmente muchos venezolanos están tratando de reunirse por las vías legales con sus familiares y por la pandemia este procesado se ha visto retrasado, al punto que la Visa de Responsabilidad Democrática, que estaba aprobada para muchos en Venezuela, temporalemente fue rechazada. Por lo que, considero, es injusto que quienes estén realizando todos los procesos de manera legal, vean como otros que ingresaron por pasos no habilitados están acá haciendo vida.
- Jean Michael Tálamo Lara. residente venezolano en Chile.

Ingresos ilegales + fiestas clandestinas

La inmigración se lleva como una representación consular “ad honorem” para quienes deciden abandonar un país e insertarse adecuadamente en otro.

Lo anterior contrasta con las noticias en plena pandemia. Si bien, cientos de chilenos han sido sorprendidos en fiestas clandestinas, en varios estratos sociales, también hay informes sobre la participación de venezolanos en celebraciones no permitidas, como el caso de los dos que enfrentan la expulsión a su país, al ser sorprendidos junto a otros 13 de sus compatriotas, más un colombiano, en una de estas reuniones prohibidas por ley.

Los que deben ser repatriados no tenían en regla su documentación. De ahí la decisión de las autoridades chilenas.

“Por ende, si además estos venezolanos que ingresaron por pasos ilegales, incumplen las normas del ‘Plan Paso a Paso’, asistiendo a fiestas clandestinas o reuniones sociales, deben someterse a lo que estipula la ley, y considero que está bien que sean sometidos a un proceso de expulsión pues incumplen no solo con la ley migratoria, sino también con la sanitaria, asegura Tálamo.

Es una reacción que algunos venezolanos que viven bajo las reglas se plantean a diario en las redes sociales. Basta ver las publicaciones de los grupos de esta comunidad para saber que no están de acuerdo con que se ponga en entredicho el nombre de la mayoría.

“Sabemos que esta pandemia nos ha afectado a todos y cada uno de cierta manera, para muchos es necesario una distracción o unas vacaciones fuera de lo habitual, estas deben hacerse de forma segura y respetando las normas, donde debemos adaptarnos encontrando distintas formas de distracciones, si bien se ha hecho público la presencia de extranjeros en fiestas clandestinas, estos deben tener en cuenta la falta y sanción que les será impuesta tanto a ellos como a nacionales”, agrega Esser Hernández.

“Las personas egoístas traspasan los límites en el entorno”

Desde que salieron a la luz las fiestas clandestinas en Cachagua, Villa Alemana, o la desarticulada en San Bernardo (con 500 asistentes), ha quedado al descubierto también el sentimiento de millones que siguen las reglas y consideran un acto de egoísmo el proceder de los infractores.

Al respecto, Paula Fuentes, psicóloga, docente y directora de Pedagogía de Educación Básica de la Universidad de las Américas, definió parte de ese sentir ciudadano, con una palabra que no está demás mencionar y que explica lo que actualmente sucede en sociedades como la chilena u otras de Latinoamérica.

“El egoísmo, se define como la actitud de quien antepone los intereses propios a los ajenos, si bien, no tiene nada de malo anteponer nuestros propios intereses por sobre los demás, estos son desadaptativos cuando no se acompañan de empatía y respeto por el otro”, aseguró.

Es básicamente la queja generalizada de quienes consideran que están respetando las normas sanitarias impuestas por las autoridades de salud.

“No he visto a mis padres hace meses”, sostuvo Fernando Reyes, un joven que no visita a sus progenitores desde que apareció la pandemia.

No obstante, su queja radica en la falta de compromiso de los que se reúnen a hacer asados o fiestas, sabiendo que la situación nos demanda otro comportamiento.

“No quiero contagiar a mis padres, por lo que me da rabia y me molesta que no todos sigan las reglas. Parece que solo algunos nos sacrificamos y atendemos las disposiciones”.

Al respecto, la psicóloga Fuentes añade: “Las personas egoístas traspasan los límites que se establecieron en el entorno y rompen con toda regla, con tal de satisfacer sus propias necesidades, esto sin lugar a duda, daña los vínculos y la convivencia en comunidad, ya que da espacio para que aparezcan las discusiones, se incorporen ciertos estereotipos sociales y se creen prejuicios, que nada aportan a la construcción de una mejor sociedad”.

No obstante, la profesional de la salud mental considera que detrás de la conducta, que no es exclusiva de un grupo minoritario (venezolano o de otra nacionalidad), pueden haber otras circunstancias que no saltan a la vista, pero que son el conducto de un comportamiento egoísta que repercute en la sociedad.

“Cuando (las reglas) se rompen, como es el caso de las fiestas clandestinas en tiempos de coronavirus, indudablemente se infringe la paz social y se violan todas las medidas de bioseguridad dispuestas por las autoridades sanitarias para frenar el virus. Esta falta de empatía y de egoísmo, no es una cuestión que sucede solo en Chile y tampoco es una conducta exclusiva de un grupo de personas (jóvenes, migrantes, o cualquier denominación que se realice para ciertos grupos sociales)”, dijo.

Lo anterior, tiene como referencia un conjunto de situaciones que pueden ir desde una crianza con exceso de atención, o todo lo contrario; un abandono permanente, tanto parental o institucional, que hace del individuo una persona que no se rige por las conductas sociales instauradas, como las necesarias en estos momentos en nombre del bien común.

“Por eso, más que etiquetar a las personas que asisten a este tipo de eventos, es mejor preguntarse qué hay detrás de esa falta de empatía y de egoísmo”, agregó.

Cedida por la PDI

Con toda y las implicaciones del caso, los venezolanos consultados en esta nota, esperan que la conducta de algunos miembros de su comunidad no repercutan en un todo. Ese que tiene que ver con la forma en que se desenvuelven los que aportan.

“A pesar de existir extranjeros que han cometido diversos delitos, no representan a la gran comunidad de extranjeros que residimos en este país Chile donde vinimos a trabajar, superarnos y en donde más que pedir o exigir debemos agradecer”, cerró Hernández.