Veinte detenidos el último fin de semana por fiestas clandestinas en la capital. Es una historia que se repite de una comuna a otra, viernes y sábado.

De ellos, 19 extranjeros, colombianos y haitianos en su mayoría. A los que se suman 10 extranjeros más que el fin de semana anterior infringieron la norma sanitaria prescrita en el Articulo 318 del Código Penal, la regla sanitaria en pandemia.

En suma, casi treinta migrantes detenidos solo en los dos últimos fines de semana.

Ese dato, inmediatamente abre la duda: ¿quiénes son los “enfiestados” de la pandemia? o ¿han sido más “fiesteros” los extranjeros que los chilenos durante la pandemia en Chile?

Según datos proporcionados por Carabineros de Chile, de los 614 detenidos en juergas prohibidas desde que comenzó la emergencia, 125 corresponden a extranjeros y 489 son chilenos. Solo uno de cada cinco es migrante.

Lo anterior, para representantes y entidades que colaboran con extranjeros en Chile echa por tierra una percepción que es errada y que profundiza la discriminación, que es estereotipar como “fiesteros e infractores de leyes” a migrantes en pandemia.

Para ellos la respuesta es clara: “No”.

Tampoco incrementan la delincuencia

Desde el Instituto Católico Chileno de Migración (Incami), el asesor jurídico, Daniel Ortega, apunta a que estas situaciones evidencian un problema complejo de discriminación.

“Se estereotipa y eso viene históricamente, desde que la migración es masiva, por así decirlo en Chile, desde el 2010. Uno suele ver este tipo de percepciones, que, a nuestro juicio, son absolutamente erradas y los números lo respaldan”, dice.

El abogado asegura que esto también queda sustentado con la percepción, también errada, de que “los migrantes vienen sólo a hacer delitos o que algunos son solo cometidos por extranjeros”.

Ortega asegura que “si se ve las cifras de formalización de delitos por parte de la Fiscalía, más o menos, los extranjeros ni siquiera alcanzan a ser un 5%. De otra forma, de cada cien delitos, menos de cinco son de autoría de extranjeros”.

Entonces, dice el jurista, que nunca las cifras han respaldado que los extranjeros cometen mayoritariamente delitos.

“Algunos medios de comunicación o situaciones pueden visualizar eso, pero eso no es así. Por ejemplo, hace un tiempo vi una noticia de que en Manchester, una banda se dedicaba a robar casas de lujo y estaba integrada por chilenos. Entonces, uno podría decir que la mayoría de los chilenos que viven en Inglaterra son ladrones, absolutamente no”, añade.

“Aquí en Chile está comprobado que la mayoría de los migrantes no comete delito”, dice.

Para ir en contra de esos mitos discriminatorios, Ortega dijo que Incami realiza campañas constantes.

“Lo malo de esto (fiestas clandestinas) es que se hace hincapié en que son personas extranjeras. Son muchos más chilenos y se ven estas situaciones tendenciosas y se releva al extranjero, cuando no es así. Eso termina creando en el colectivo de la gente algo que es errado”, finaliza enfático.

“Nos colocan como malos para la película”

Para Patricia Rojas, líder de la Asociación Venezolana en Chile, la única lectura frente a la percepción de la participación extranjera en fiestas clandestinas es una “alerta discriminatoria”.

“Esto forma parte de una campaña que tiene el Ejecutivo para validar de una manera u otra la animadversión al extranjero con miras a la aprobación del proyecto de ley que está hoy en el Senado. Se quiere malponer a las personas con el extranjero”, destaca.

Añade que “esto se viene dando desde que llegó este Gobierno. Siempre hemos visto que se trata de usar a la población extranjera como los malos de la película, cuando los que rompemos las reglas (los migrantes) somos un porcentaje mucho menor de los que quebrantan las reglas (del total del país)”

Al igual que el abogado Ortega, Patricia Rojas alude al procentaje menor al 5% de autores de delito que son migrantes.

También, anunciaron que realizarán una campaña en redes sociales para cambiar esa perspectiva. “Es un trabajo de hormiguita. Sobre las fiestas clandestinas, esperamos iniciar una pronto”, dice.

“La mayoría de los que venimos a Chile, lo hacemos para mejorar la calidad de vida y en ese sentido acatamos las normas. Una nacionalidad no tiene que ver con no cumplir reglas”, explica Rojas.

La líder venezolana aporta un dato que llama la atención: “El pueblo chileno no nos discrimina, pero a nivel de autoridades, como por ejemplo, alcaldes, sí”, destaca.

Septiembre es el “Mes del Migrante” y tanto entidades como extranjeros residentes aseguran que esperan que Chile no se cierre, sino que al contrario, mantenga sus brazos abiertos y sin discriminación.

Aunque a muchos les cueste, el desafío es materializar: “Campesinos y gentes del pueblo // te saldrán al encuentro, viajero // Y verás cómo quieren en Chile // Al amigo cuando es forastero…”.