A un día de que el Comité Central del Partido Socialista decida quién será su candidata o candidato presidencial, la bancada de senadores de la colectividad, respaldó a Paula Narváez.

De esta forma y como, por ahora, ninguna otra persona ha mostrado su intención de competir, mañana a las 18:30 horas se proclamaría a la ex ministra de la presidenta Michelle Bachelet, como la abanderada del PS.

El gesto de los senadores, viene a sellar la serie de respaldos que ya han tenido con Narváez, las militantes mujeres incluidas Bachelet y la bancada de diputados y diputadas socialistas.

El espaldarazo de ahora, se hizo vía zoom, y fue liderado por el senador José Miguel Insulza, quien destacó la experiencia de Paula Narváez.

La senadora Isabel Allende, valoró la renovación que significa para el partido esta candidatura presidencial.

Los eternos aliados del Partido Socialista, el PPD, también atraviesa una semana de definiciones, ya que este domingo realizarán primarias para definir a su abanderado.

Eso sí, se teme una baja participación, por la pandemia, el recambio de veraneantes y la arremetida de las militantes feministas que rechazaron la no inscripción de algunas candidaturas para la constituyente.

El precandidato Jorge Tarud, dijo que, en el Consejo General del Partido, advirtió que en enero iba a ser mala fecha por la pandemia, razón por la que evitó hacer una estimación de cuántas personas podrían participar.

El también precandidato y presidente del PPD, Heraldo Muñoz, manifestó que, dado este contexto, podrían votar al menos 14 mil personas y aclaró que independiente de la participación, respetará lo que se decida en la instancia.

Francisco Vidal, que también es precandidato del PPD, dijo que si se superan los 9 mil votos significa que les fue bien con las primarias. Además, ratificó que debe existir un candidato único entre su partido y los socialistas.

Dicha consulta ciudadana, agregó Vidal, debería ser una nueva primaria y reiteró que es una tradición de ambos partidos tener un candidato común, tal como ocurrió con Ricardo Lagos en 1993, en 1999 y con Michelle Bachelet en 2013. Aunque la idea no es compartida por toda la Democracia Cristiana, por lo que dicha definición quedará pendiente.