Durante el séptimo Consistorio de su pontificado, el Papa Francisco ordenó ayer sábado a 13 nuevos cardenales. Entre ellos, al arzobispo de Santiago, Celestino Aós.

Pese a la segunda ola de Covid-19 que atraviesa Italia, la ceremonia fue celebrada de manera presencial en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Además, se omitieron algunos ritos tales como el intercambio del abrazo por la paz, por razones sanitarias.

En la homilía, el Pontífice les advirtió a los nuevos cardenales sobre la tentación de caer en “la corrupción” durante la vida religiosa y, sobre todo, de sentirse una “eminencia”.

Aós- quien se convirtió en el octavo cardenal en la historia de la iglesia chilena- fue acusado en 2019 de encubrir de abusos sexuales por parte de miembros de la iglesia cuando ejercía como promotor de Justicia del Tribunal Eclesiástico en Valparaíso.

El vocero de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, Helmut Kramer, lamentó el nombramiento y catalogó como “errático” el pontificado de Mario Bergoglio.

El vocero de la Red Nacional de Laicos, Roberto Sánchez, consideró el nombramiento de Aós como un “buenismo” de parte del Papa Francisco hacia Chile, pero que en nada aporta al esclarecimiento de los abusos sexuales por parte de miembros de la iglesia.

Opinión contraria expresó Juan Carlos Cruz, uno de los denunciantes del exsacerdote Fernando Karadima, quien dijo esperar que el ascenso de Aós a cardenal pueda ayudar a las víctimas de abusos a tener justicia.

Tras recibir el birrete y el anillo cardenalicio, Celestino Aós también podrá participar del cónclave para votar a un nuevo Papa, al ser menor de 80 años.