El 8 de octubre de 1879 se produjo la Batalla de Angamos que permitió la captura del monitor Huáscar, un buque clave para Perú en la Guerra del Pacífico y que pasó a manos chilenas tras un duro enfrentamiento. En 140 años de historia, se ha emitido más de una intención por parte del país vecino para devolver la nave, sin embargo, ninguna de ellas ha sido formal.

La más reciente ocurrió en junio de 2016. En esa oportunidad, el Congreso peruano presentó una solicitud para trasladar el navío desde Talcahuano al puerto de Paracas en 2021, con el objetivo de celebrar los 200 años de ese país.

La idea fue apoyada por al menos 50 parlamentarios quienes le pidieron al expresidente Ollanta Humala que solicitara al Gobierno chileno el préstamo del buque.

Uno de los impulsores de la idea fue el excongresista Daniel Mora, quien indicó en su momento que dicha acción sería “un gesto de buena voluntad y confianza mutua”.

Sin embargo, la antigüedad del Huáscar y su calificación como Reliquia Histórica, al tratarse de un museo flotante, habría dificultado su traslado, lo cual también fue respaldado por parlamentarios chilenos y peruanos.

Finalmente el “préstamo” de la nave no prosperó y quedó dormido entre otras solicitudes.

Un poco de historia

Los detalles detrás de su captura se remontan a la Guerra del Pacífico, donde el Huáscar, bajo el mandato del comandante peruano Miguel Grau, causó estragos en la escuadra chilena y atribuyéndose, incluso, el hundimiento de la Esmeralda en el Combate Naval de Iquique.

A su vez, el buque participó en la captura del Transporte Rimac -perteneciente a la marina chilena, entre otros acontecimientos, por lo que acabar con éste o capturarlo era prioridad durante la época.

En la mañana del 8 de octubre de 1879, el navío se desplazaba junto a la nave La Unión en dirección a Arica, sin embargo, tras ser avistado en punta Angamos por tropas chilenas, comenzaron su huida; aunque sólo el segundo logró zafarse del enfrentamiento.

Por su parte, el Huáscar -cuyas características lo hacían un buque más lento- fue alcanzado a tiempo por las naves Cochrane y Blanco Encalada -de la escuadra chilena- las que lo superaban en blindaje y velocidad. Asimismo, también se unió a la batalla la corbeta O’Higgins y el Transporte Loa; viéndose apresado.

El historiador y profesor de Historia de la Universidad de Concepción, Armando Cartes, contó a BioBioChile que pese las maniobras realizadas por su capitán para huir de los navíos chilenos, no pudo escapar, por lo que tuvo que enfrentar el combate abriendo fuego a las 9:25 de la mañana.

Ya en combate y sólo a 15 minutos del inicio, se lanzó una granada a las 9:40 que destruyó el mascarón de proa del Huáscar, acabando con la vida del comandante Miguel Grau Seminario.

Pese a su muerte, el navío siguió oponiendo resistencia hasta que arrió su bandera en señal de rendición poco antes de las 11:00 horas. Sin embargo, el teniente que quedó a cargo de la nave, ordenó hundirlo, lo cual fue impedido a tiempo por tropas chilenas, logrando así su captura.

Monitor Huáscar contra La Esmeralda | Thomas Somerscales | artistasvisualeschilenos.cl
Monitor Huáscar contra La Esmeralda | Thomas Somerscales | artistasvisualeschilenos.cl

De buque de guerra a museo

Armando Cartes aseguró que el monitor Huáscar se mantuvo al servicio de la Armada hacia 1910, participando, incluso, en la Guerra Civil de 1891. En ese entonces, la nave se encontraba abandonada y en malas condiciones, por lo que se decidió restaurarlo y convertirlo en un museo.

Los trabajos contemplaron el pintado de gris y amarillo, así como la instalación de cañones de saludo en su cubierta. Lo que llevó a que en 1935 fuera abierto al público.

De acuerdo al comandante Alejandro Niklitschek, la nave no sólo se considera como un museo sino como un “santuario”, debido a lo que significa en materia histórica, y por las personas que murieron a bordo.

En efecto, la segunda cubierta del buque cuenta con un altar para recordar a los caídos durante la batalla, tanto chilenos como peruanos.

Nicolás Díaz BBCL)
Nicolás Díaz (BBCL)

Luego de ser abierto, el monitor ha recibido dos restauraciones de consideración: una en 1951, y otra en 1971. Éstas no sólo aplicaron reparaciones a su estructura, sino que le dieron el aspecto que hoy se conoce, dotándolo de objetos que originalmente pertenecían al buque, así como de otras reliquias de la historia naval.

Aún anclado

Tras ser construido en 1864 -155 años- y participar en diversos combates, el Huáscar aún se mantiene a flote por sus propios medios, lo que lo convierte en uno de los monitores más antiguos del mundo con estas características.

El acorazado se mantiene fondeado frente a la Base Naval con cuatro anclas, las cuales lo salvaron de ser arrastrado por el tsunami de 2010. El comandante Alejandro Niklitschek aseguró que si bien se cortaron algunas cadenas, no sufrió daños.

Pero no sólo destaca por su antigüedad, el monitor es uno de los museos más visitados del país, recibiendo alrededor de 150 mil visitantes al año, entre los cuales también figuran peruanos. Niklitschek indicó que el navío es visitado por delegaciones de ese país, quienes los felicitan por su estado de conservación.

La cubierta de la nave está adornada de cañones -no originales del Huáscar-, botes salvavidas y placas en sitios que fueron alcanzados por disparos y granadas, sin embargo, los atractivos más importantes son los sitios donde cayeron los comandantes Miguel Grau y Arturo Prat.

En tanto, la segunda cubierta está compuesta por al menos cinco cámaras adornadas con réplicas de pinturas que ilustran la Guerra del Pacífico y la misma Batalla de Angamos. A su vez, se pueden encontrar la sala de máquinas y la habitación de Grau.

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