Hace más de veinte años que la Fuerza Aérea, en su trabajo de apoyo a la comunidad, traslada a cientos de estudiantes desde el continente a Rapa Nui en dos ocasiones particulares: diciembre, para pasar las fiestas con sus familiares y febrero, para volver a estudiar a las universidades, centros de formación técnica e incluso liceos ubicados en el Chile continental.

Esta vez, fueron 96 los estudiantes que emprendieron rumbo a la isla en el vuelo Boing 767 de la FACH. Muchos de ellos, recién empezando los estudios universitarios y otros terminándolos y algunos con ansias de realizar la práctica profesional.

El piloto de aviación, Guido Depol, ha realizado esta labor por cerca de seis años y sostiene que “es un servicio que la Fuerza Aérea entrega de forma gratuita en coordinación con la Gobernación para apoyar a los estudiantes que no tienen los medios disponibles para poder hacer este viaje y poder estar con su familia en la época estival”.

Dificultades en el continente: “La gente es más fría, acá somos más de piel”

Rapa Nui no cuenta con una Universidad, es por ello, que muchos estudiantes que quieren continuar los estudios superiores deben ir al continente a poder realizarlos. Los estudiantes, asumen que dejar a la familia por largos periodos de tiempo es una de las dificultades que tienen en este proceso, sin embargo, hay otros factores como enfrentarse a la contaminación, a un ritmo de vida diferente y a personalidades muy distintas a las de la isla.

Emmanuelle Lineros, es una joven de 18 años que se fue en febrero a estudiar Diseño a la Universidad de Valparaíso. Si bien, al principio le gustó la carrera, decidió congelar por un desencanto producto de la paralización. Para ella, “la contaminación fue lo que más me desagradó”.

En el caso de, Israel Tepihi, quien cursa el último año de relaciones públicas, sostiene que “lo más difícil es dejar a la familia, tu entorno, tu lugar. Porque nos apegamos a eso”. Dentro de las cosas más distintas entre la Rapa Nui y el continente, Israel afirma que “la gente es distinta, en el ‘conti’ la gente es más individualista. En la isla todo te condiciona a ser más relajado, más liberal. Uno no anda prepotente por la vida y uno se da cuenta de esas cosas”.

Hangarahi Riroroco entró en 2016 a estudiar a la Universidad Santo Tomás en Rancagua para ser preparadora física. Este año hará su práctica en la Municipalidad de Isla de Pascua y quiere hacer talleres e incentivar a las mujeres jóvenes a hacer deporte.

Su padre, Carlos Riroroco, asume que cada vez que Hangarahi vuelve a la isla, se impregna de cultura. A su vez, cree que se ha perdido la cultura en el continente: “yo hago un llamado al ‘conti’ a mantener la cultura. Lo primero que nos dicen (cuando llegamos al continente) es ‘tengan cuidado’, en cambio, lo primero que dicen a alguien que llega a la isla es ‘disfruten’ ¡mira qué diferencia!”.