Una adolescente lee absorta sentada entre el pasto a las orillas del río Bío Bío, mientras el sol cae lentamente por entre los cerros que circundan la comuna de Chiguayante. Esa es quizá la última imagen que se tiene de Tamara Zurita Ortega, la joven de 21 años que desapareció dos días después de que le tomaran esa foto, el pasado 25 de septiembre.

“Con nosotros era regalona, tierna, alegre, le gustaban los abrazos, alguna vez se disfrazó para repartir abrazos en la calle. Con sus amigas, era preocupada, enrollada, tratando de solucionarle la vida a todos sus amigos”, cuenta su mamá, Lorna Ortega.

“Por eso fue el tema de la Teletón, eso le incentivó a ayudar. Ella había estado en veranos anteriores, ayudando, pero ahora había logrado entrar permanente como voluntaria y eso a ella la llenaba. Trabajaba con niños para que aprendieran a manejar sillas de ruedas y eso la tenía contenta”, nos cuenta.

Tamara practicaba karate, fútbol, baile, zumba, siempre estaba en alguna actividad. Había congelado la carrera de Preparador Físico porque tenía planes de estudiar Enfermería y trabajar en Concepción.

Cuando sus papás le planteaban la posibilidad de ir a trabajar al sur, dado lo complejo que resulta encontrar trabajo en el área de la salud en la zona, descartaba de plano la idea.

Incluso, durante su época de liceo, no quiso ir de intercambio al extranjero por seis meses. “¿Me quieren echar de la casa?”, ironizó en esa oportunidad.

Pero por otro lado, una de las razones para quedarse en Chiguayante, era su activa participación en el grupo pastoral “Encuentro de Jóvenes en el Espíritu” (EJE).

“La Tamara incluso no iba a los carretes cuando al otro día tenía EJE, me decía ‘no, voy a ir mamá toda trasnochada, con sueño’, y se quedaba en la casa”, nos cuenta Lorna.

Tamara Zurita | Cedida a BBCL
Tamara Zurita | Cedida a BBCL

Casi 200 extraviados

Su nombre, como el de casi 200 personas, se encuentran en un listado de personas extraviadas que la Brigada de Ubicación de Personas de la PDI mantiene actualizada en su página web.

Todos los días la policía recibe denuncias por extravíos de personas, y si bien hay un alto porcentaje de resultados positivos, que según la policía civil se refleja en un 90% de casos resueltos incluso dentro de las primeras 24 horas desde la alerta, aún hay un porcentaje de personas cuyo rastro es una incógnita.

Según el comisario Manuel Fuentes, jefe de la Brigada de Ubicación de Personas (Briup, tanto las edades como las circunstancias de las desapariciones son variadas.

No obstante, hay causas que están ligadas al rango etario, donde los menores de 18 años la mayoría de las veces abandonan voluntariamente sus hogares para dejar de ir al colegio, rebeldía, drogadicción y violencia intrafamiliar, entre otras cosas.

Después, en el rango medio de 18 años a 60 años, por ejemplo, hay problemas laborales, depresión, problemas conyugales, distintas figuras que pueden generar que la persona desaparezca, ya sea por su propia voluntad o por participación de terceros.

En el caso de las personas adultas mayores, vienen enfermedades que están directamente relacionadas con su edad, como el Alhzeimer o la demencia senil, trastornos que le provocan desorientación y, por lo tanto, un evidente riesgo a extraviarse.

“Nosotros tenemos casi un 95% de efectividad en las investigaciones y tengo la certeza de decir que la mayoría de los casos se debe a abandono voluntario del hogar. La gente acá no es que se desaparezca por desaparecer, si no que la mayoría abandonaron voluntariamente su hogar, por distintas causas”, asegura el comisario Fuentes.

“Sin embargo hay un pequeño porcentaje que no aparece, por diversas variables. Hay personas que aparecen fallecidas, ya sea por intervención de terceras personas o por accidentes, por suicidios, o por otras circunstancias”, agrega el oficial.

En ese listado de personas que aún no aparecen, está la joven Tamara Zurita.

“Cada vez que paso por el río, me da algo… Pero sé que Tamara no está ahí”.
- Lorna Ortega

La gran incógnita

¿Qué pasó con Tamara? Andrés, su padre, guarda silencio unos segundos antes de responder una pregunta que ha escuchado muchas veces quizá estos dos meses, y para la que aún no hay una explicación razonable.

“Yo he descartado, con todo lo que tenía que hacer, la Teletón, el EJE, al día siguiente era el cumpleaños de su mamá y tenía el primer paseo de los niños de la Teletón. O sea, podía haber tenido un problema, estar muy triste, pero… ¿querer matarse? yo lo descarto”, señala tajante.

“Y que se haya ido por su voluntad, no me convence. Se habría llevado algo, su bufanda, una casaca, porque era friolenta”, agrega.

“Hay una supuesta grabación que salió de que Tamara se quería matar, no sé de dónde salió eso. Quiero preguntar a la fiscal de dónde salió eso, pero yo no lo creo”, insiste Andrés.

En la búsqueda de respuestas, su hermana menor descubrió que escribía en una comunidad online de lectores y escritores llamada Wattpad, donde distintas personas hacían reseñas de libros y además publicaban textos propios.

Uno de los escritos, titulado Desahogos de una escritora enamorada, habla de un amigo muy cercano del que ella estaba enamorada, pero que lamentablemente para sus sentimientos, tenía una relación con otra persona.

“…estoy mal, en serio, pero irónicamente, estoy más enojada como amiga que como “amor”, la verdad es que la parte amorosa la puedo asumir, no hay problema, si he llegado al punto de decirle que me daría lo mismo verlo con otra mientras él sea feliz, pero igual me canso, siento que la vida puso a alguien delante mío, perfecto para mí, pero que tiene tantos problemas que no lo puedo tener, y tal vez no lo pueda tener nunca, alguien que de la noche a la mañana llegó a cambiar mi mundo, a darlo vuelta mejor dicho, yo estaba feliz, llevaba como un mes feliz, hasta que él apareció”…

Pese a que le cambió el nombre al personaje principal, su familia tiene claro quién era el joven del que Tamara estaba enamorada.

Sin embargo, para ellos no tiene que ver con su desaparición. Aunque, los peritajes arrojaron que el último intercambio de datos de su celular fue a eso de las 19:25 horas, es decir, posiblemente sean los tristemente célebres audios de WhatsApp con Nicolás, su amigo más cercano.

“Empezamos a buscar entre sus cuadernos y encontramos que Tamara estaba enamorada de Nicolás, pese a que ella siempre decía que era su amigo. Ellos tenían una relación y Nicolás la tapó, incluso hay una carta donde ella se compromete a no interferir en su relación actual y que al parecer no alcanzó a entregársela”, asegura Andrés Zurita.

Denunciar de inmediato

De todas maneras, ante la sospecha de una desaparición, la PDI recomienda no esperar para presentar una denuncia por presunta desgracia.

“La denuncia se tiene que hacer en lo posible inmediatamente, antiguamente existía el mito que había que esperar 24 o 48 horas, pero eso no es efectivo”, enfatiza el comisario Fuentes.

Facebook
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En el caso de Tamara, sus padres presentaron la denuncia cuando aún no habían pasado tres horas de su desaparición.

“Ese día la Tamara fue al consultorio a pedir hora al oftalmólogo y me avisó que se iba a quedar leyendo en el parque. Yo llegué del trabajo como a las seis de la tarde y la llamé para que se viniera con luz de día, me contestó como molesta y me dijo que se iba a venir luego”, recuerda Lorna.

“La empecé a llamar como a las ocho y me enviaba a buzón de voz. Le envié mensajes de WhatsApp, le llegaban, pero nunca los leyó. Luego de comenzar a preguntar con algunas amigas, nadie sabía, y de inmediato nos dimos cuenta que algo andaba mal”, agrega.

Poco después Lorna llamó a Andrés para contarle lo que sucedía, por lo que al llegar de inmediato fueron a la orilla del río a buscarla, sin éxito. Las horas pasaban, se había anochecido y nadie tenía información sobre Tamara.

“Cuando fuimos a hacer la denuncia, a eso de las diez y media de la noche, Carabineros nos preguntó por qué tan rápido habíamos ido a dar aviso, y le respondimos que simplemente era porque conocemos a Tamara, ella avisaba si se iba a quedar o si se venía más tarde”, señala Andrés.

Según la PDI, una vez realizada la denuncia, se activa un protocolo de investigación inmediato, donde se ubica a sus familiares y amigos cercanos para saber si han tenido contacto con él o ella, y llamar o concurrir a los lugares que frecuenta, recabando la mayor cantidad de antecedentes posibles para ubicar a la persona dentro de las primeras 24 horas.

Pese a que en la mayoría de los casos se logra dar con el paradero, en el caso de no lograr resultados positivos, la PDI informa a la Fiscalía para obtener una orden de investigar.

“Hay muchas investigaciones por presunta desgracia en Concepción, por ejemplo, pero también el número de personas que son ubicadas es alto, pero Concepción es la segunda zona donde hay más investigaciones por presunta desgracia”, detalló Fuentes.

La testigo solitaria

“Hay una señora que paseaba unos perros que la vio”, relata Lorna. “Vio una niña sentada con audífonos, a ella le llamó la atención y le habló, pero la Tamara no escuchó por los audífonos. Y vio dos grupos de jóvenes que estaban como en una fogata, y le llamó la atención la niña tan sola, y un auto que vio llegar al río”, señala Lorna.

“No han dado con esos grupos, no hay cámaras, con el auto tampoco, incluso no se sabe si era auto o camioneta”, añade Andrés.

Unos jóvenes que vieron a una chica de similares características en el centro de Concepción junto con un hombre de aspecto sospechoso, intentaron seguir su rastro hasta Candelaria, en la comuna de San Pedro. Pero sin animarse a preguntar a los grupos de muchachos que deambulaban por el sector, prefirieron regresar. Según los padres de Tamara, esta pista la investigó Fiscalía, pero hasta la fecha a ellos no se les ha entregado detalles sobre ese dato.

“Tanto la Briup (Brigada de Ubicación de Personas) y la BH (Brigada de Homicidios), Carabineros, el OS-9, han ido chequeando y empadronando, ellos han hecho su trabajo”, destacan ambos.

“Que se haya querido matar, yo lo descarto, no me cuadra. Pese al tema con Nicolás, no daba para eso. Lo otro que que haya querido ir, haya estado con tanta pena, como a nosotros nunca nos contó que tenía algo con Nicolás, que haya querido evadir, pero habría llamado” asegura Andrés.

Alberto González | BBCL
Alberto González | BBCL

“Tanto la fiscal, como la comisario y el abogado nos están diciendo ‘se están haciendo cosas’, pero ¿qué cosas? aún no lo sabemos, ha estado súper hermético todo”, lamenta Andrés.

“En Cabrero llegó una niña de nombre Belén desde Concepción. La PDI fue, la entrevistó y era sólo alcance de nombre. Se ha buscado en Chaitén, donde iba de vacaciones con los abuelos, pero hay cosas que siguen en interrogante”, asegura.

“Se están haciendo las cosas así, para no repetir el Caso Matute, que hubo muchos errores, por eso está tan hermética la Fiscalía”, afirma Andrés.

¿Cuánto tiempo se busca?

El listado de personas desaparecidas incluye casos desde Arica a Punta Arenas, y contiene un registro que va desde enero de 1994 -hace 24 años- hasta hace unos días.

Cuando se hace una denuncia por presunta desgracia, se genera un encargo a nivel nacional en el caso que la persona realice algún trámite para sacar algún documento o si sale del país, por ejemplo. Como también, en el caso que la persona haya fallecido y su cuerpo sea derivado al Servicio Médico Legal.

Dicho encargo siempre está vigente, independiente de los plazos de investigación que maneje la Fiscalía, que incluso puede cerrar la indagatoria. No obstante, la PDI continúa buscando a una persona desaparecida, y en el caso de dar con un nuevo antecedente, se informa al Ministerio Público para que reabra la investigación.

“Estamos de brazos cruzados, porque por mucho que las oenegés nos quieran ayudar, no sabemos por dónde buscar, la Fiscalía no nos ha dicho por dónde seguir”, aseguran los padres de Tamara.

“Eso nos genera impotencia, porque no hay nada”, se lamentan.

Facebook
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“Su pieza está intacta, en estos dos meses ni siquiera me he metido a hacer el aseo… Es fuerte”, relata Lorna con evidente tristeza en su voz.

“Lo que más temor me da es que se transforme en un caso eterno, porque conocimos gente que lleva años buscando”, añade.

“Lo de nosotros se gestionó rápido, en dos días habían dos fiscales, las dos policías trabajando, pero fue por la red de contactos y amigos que empezaron a presionar, no somos una familia de recursos, y esto no sucede en todos los casos”, explican.

En ese sentido, agradecen a la red de amigos, para financiar los gastos de los operativos de búsqueda, así también la comprensión de sus respectivos jefes, que les han dado las facilidades para acomodar sus horarios de trabajo.

Al respecto, nos cuentan que se está viendo la posibilidad de hacer una ley de extraviados para personas que no tienen los recursos financieros. “Hay falencias, hay muchos protocolos que pueden pasar 3 o 4 días para hacer una búsqueda, para hacer una triangulación entre las antenas de las compañías de teléfonos”, aseguran.

“La Brigada de Ubicación de Personas está solo en Santiago, y deben sacar desde allá para traerlos a regiones. Mientras antes se haga la denuncia y se hagan las diligencias, mucho mejor”, afirman.

Redes sociales, un arma de doble filo

Según explica la PDI, el uso de redes sociales tiene dos efectos, por lo que su utilidad para dar con personas desaparecidas es relativa.

“Hay personas que aparecen a través de las redes sociales, sobre todo porque los menores adultos las utilizan demasiado para contactarse con sus amigos”, señaló el comisario Fuentes.

Sin embargo, en internet se masifican información que no necesariamente es útil y que agota tiempo y recursos.

“Las redes sociales permiten que cualquier persona que no puede ser identificada entregue información que no es fidedigna y nosotros como policía tenemos que chequearla de todas formas. Y eso genera también pérdida de mucho tiempo en la investigación, sobre todo en los casos de alta connotación pública”, lamenta el oficial.

Esto mismo corre para los llamados “psíquicos”, que muchas veces aparecen para entregar información a la familia.

“Nosotros trabajamos en la investigación científica técnica, nosotros no trabajamos con psíquicos, mentalistas, ni nada. No objetamos que la familia tenga la libertad de acceder a ese tipo de información, pero nosotros como policía solamente abocamos la investigación a lo científico-técnico, lo que la evidencia nos permite como teoría o hipótesis de trabajo”, concluyó Fuentes.

Tamara Zurita | Cedidas a BBCL
Tamara Zurita | Cedidas a BBCL

La esperanza de los Zurita Ortega

“Nosotros nos aferramos a la fe, a la esperanza de que aparezca, rezo todos los días. Si es que ella está por sus propios medios, que su corazoncito se abra y diga ‘no quiero hacer pasar más malos ratos’ a sus papás, a sus abuelos, que lo están pasando mal, más que nosotros”, dice Lorna con los ojos llenos de lágrimas.

“En el caso de una muerte, puedes llorar a tu ser querido, tener tu duelo, pero esto es estar con la incógnita o incertidumbre de qué pasa con ella, dónde está, está viva o está muerta, la secuestraron, qué le han hecho, la mataron, ella se quiso matar, entonces todas esas cosas te pasan por la cabeza, y eso es todos los días”, dice.

“Ni a mi peor enemigo le doy esto, porque la incertidumbre es todos los días”, añade.

“Yo guardo la esperanza de ver a la Tamara. A mí, mi corazón me dice que la Tamara está bien, está viva. A veces me vengo a piso, pero están las fuerzas para decir ‘no, la vamos a encontrar"”, cuenta Lorna, con la voz quebrada.

“Sé que la vida sigue, debo luchar para no caer en la depresión, y no podemos caer porque tenemos otra hija”, reflexiona.

Tamara Zurita | Facebook
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Desaparecidos en Chile | Infografía: Alberto González | www.canva.com
Desaparecidos en Chile | Infografía: Alberto González | www.canva.com