Desde el OS-7 de Carabineros revelaron que un “avión vigía” sobrevuela los cielos de la zona norte del país con el objetivo de reducir los riesgos que significan las “narcoavionetas”, el emergente modo para transportar drogas que preocupa a la policía nacional.
Pese a que en su mayoría provienen de Perú y Bolivia, con destino Brasil y Argentina, Chile es considerado como un lugar de tránsito y recepción e incluso como punto de exportación a otros países. Además, tiene una creciente demanda que lo hace un mercado atractivo.
Según El Mercurio, las sustancias ilícitas se aceptan en pistas clandestinas e incluso son lanzadas desde el aire para que los traficantes las recepcionen.
El jefe del OS-7, coronel Mauricio Lermanda, dijo que tienen vuelos frecuentes para “disminuir los riesgos de que nuestro país se vea afectado con esta nueva modalidad de tráfico de drogas (…). Hay un tema de aspecto técnico que evitaría el vuelo de estas avionetas a territorio nacional (altura y autonomía de vuelo). No obstante, igual se adoptan medidas”.
“Nos mantenemos alerta y realizamos periódicamente patrullajes, ya sean terrestres o aéreos, de forma conjunta, para evitar que esto pueda surgir en la zona norte del país”, agregó el oficial.
Grupos armados defenderían los terrenos de producción de droga en Perú y Colombia, los que incluso protegerían las naves donde se lleva la droga, como marihuana y cocaína, cuya producción se estima aumentará.
“La producción, tanto de cocaína como de marihuana, en sus distintas formas, se incrementará a límites que sobrepasarán las históricas”, avisoraron las policías de México, Colombia, Perú y Bolivia, entre otros países de la zona.
En Colombia, al menos “se presume un total de 172 mil hectáreas de extensión territorial con presencia de cultivos de arbustos de hoja de coca, es decir, un aumento de un 17% en cultivos, constituyendo un crecimiento significativo, proyectándose una producción anual de clorhidrato de cocaína próxima o superior a las 800 toneladas métricas”, sostuvo el OS-7 en un informe.
El mismo escrito, además, manifestó el alza de burreros, personas que transportan drogas en sus cuerpos, quienes pueden recibir pagos de entre 300 y 500 dólares.
