“Más que un museo (…) se trata de un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar”, de esa manera se refirió el ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Mauricio Rojas, al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, lo anterior en el marco del libro “Diálogo de Conversos” (2015), escrito junto al actual ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero.

Siguiendo en esa línea, el titular de dicha cartera apuntó en su momento que el recinto es “un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente”, cita difundida en una entrevista de La Tercera este sábado.

En varias ocasiones, quien hace sólo unos días fue nombrado como ministro de Cultura, se ha definido políticamente como “converso”.

Al momento de describirse en aspectos valóricos, Rojas se muestra lejano a la derecha chilena, sosteniendo que “yo no soy religioso, soy agnóstico y no tengo ningún problema con el matrimonio del mismo sexo”.

Tras el Golpe de Estado de 1973, Mauricio Rojas llegó a Suecia en calidad de exiliado con otros compatriotas, en una juventud -de acuerdo a la publicación- marcada por una “breve militancia en el MIR”.

Asimismo, fue en sus días como estudiante en ese país cuando se acercó al liberalismo, doctrina política en la que ahondaría tras su regreso a Chile. Desde 2016, Rojas dirige la cátedra de Adam Smith en la Universidad del Desarrollo, uno de los autores más relevantes del capitalismo moderno.

Tras saberse sus declaraciones respecto al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el ministro utilizó su cuenta de Twitter para indicar que sus palabras “provienen de una entrevista antigua que no refleja mi pensamiento actual”.

A lo anterior, agregó que él nunca ha “minimizado ni justificado las inaceptables, sistemáticas y gravísimas violaciones de los derechos humanos ocurridas en Chile”.