La diminuta cápsula radioactiva, de 6 milímetros de diámetro y 8 de alto, contiene una "pequeña cantidad" de la sustancia altamente radiactiva Cesio-137, usada en Australia para la minería.

La Agencia de Seguridad Nuclear de Australia (ASPANSA) indicó este martes que se une a la búsqueda de la pequeña cápsula radiactiva extraviada por la minera Rio Tinto en el vasto estado de Australia Occidental.

ARPANSA indicó en un comunicado que desde hoy colabora en las tareas “un equipo con instrumentos de detección portátil para apoyar la búsqueda” que se centra entre la región de Pilbara.

Allí Rio Tinto opera más de una decena de minas, y la ciudad de Perth, una ruta de unos 1.400 kilómetros -una distancia más larga que la longitud de Gran Bretaña-.

La diminuta cápsula, de 6 milímetros de diámetro y 8 de alto, contiene una “pequeña cantidad” de la sustancia radiactiva Cesio-137, usada en la minería.

Este material fue extraviada cuando era transportada por un camión entre el 10 y el 16 de enero, explicó el viernes el Departamento de Salud de Australia Occidental.

ARPANSA indicó hoy que su apoyo al operativo forma parte “de la capacidad nacional de respuesta a emergencias y protección radiológica”.

Además la agencia aseveró que tiene por fin “proteger a la comunidad de los efectos nocivos de la radiación”.

El Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia (DFES) lidera el operativo donde también participa la Organización Australiana de Ciencia (ANSTO).

Los equipos de emergencia emitieron hoy una nueva alerta dirigida a los automovilistas que circulen por la zona donde se cree se perdió el objeto radioactivo.

Cápsula radiactiva extraviada en Australia

Las autoridades advirtieron, en una alerta anterior, sobre los riesgos de la exposición a esta sustancia tóxica. Ahí se incluyó “quemaduras por radiación o enfermedades por radiación”, como cáncer.

El departamento pide que en caso de avistar algún material sospechoso, las personas permanezcan a al menos cinco metros de distancia y no tocarlo.

A lo anterior se suma no guardarlo en bolsos o mochilas y no llevarlo a sus coches, sino reportarlo “inmediatamente” a las autoridades.

“El riesgo para la comunidad en general es relativamente bajo, sin embargo, es importante ser consciente de los riesgos”, señaló la alerta.

El material tóxico fue empaquetado el pasado 10 de enero y el vehículo llegó a Perth seis días después.

Pese a esto, no fue hasta el pasado día 25 que los inspectores de la carga se dieron cuenta de que uno de los paquetes estaba roto y una de esas minúsculas cápsulas se había perdido en el trayecto.