La alta comisionada para los derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, dijo este miércoles que la visita que realizó a China no se concibió como una misión de investigación, sino como una oportunidad para establecer una relación con el Gobierno de Pekín para que proteja los derechos humanos.

“Las visitas de alto nivel no son por definición misiones de investigación, hubo limitaciones especialmente en relación con las restricciones por la covid-19”, explicó la expresidenta chilena tras ser cuestionada por su visita a China.

El viaje que Bachelet realizó a China a finales de mayo ha sido el foco de severas críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos humanos y, de manera más discreta, de algunos países que consideran que las conclusiones que ofreció la alta comisionada al término de la misma fueron muy blandas.

En una presentación en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se reúne en Ginebra, Bachelet respondió a preguntas anteriores que los países le formularon sobre ese viaje y, entre otros comentarios, reconoció que no pudo hablar con ningún detenido en los campos de reeducación para miembros de la minoría musulmana uigur, asentada en la provincia noroccidental de Xinjiang.

“Estuve acompañada por funcionarios del Gobierno durante mi visita a Xinjiang”, comentó.

“No pude hablar con ningún uigur actualmente detenido ni sus familias, pero anticipando esto me encontré con antiguos detenidos que están fuera del país y familias que han perdido contacto con sus seres querido” en esa región, explicó.

Bachelet sostuvo que el Gobierno chino facilitó todas las reuniones que solicitó con representantes del Poder Judicial, funcionarios con responsabilidad en distintos ministerios, empresarios y académicos.

“El gobierno también respetó mi deseo de reunirme con entidades de la sociedad civil y esto fue organizado por mi oficina sin presencia de funcionarios públicos”, agregó.

La alta comisionada, quien esta semana anunció que concluirá su primer mandato el próximo 31 de agosto y que no buscará un segundo, hizo hincapié en que la criticada visita a China le permitió exponer varios temas importantes de preocupación a los líderes y responsables políticos chinos.

“Me ofreció un amplio espacio para discutir y hacer preguntas”, declaró.

También recordó que su organismo ha recogido desde hace bastante tiempo información sobre la situación en Xinjiang de forma remota y que en base a esto publicará un esperado informe sobre la situación de derechos humanos de los uigures, que inicialmente se esperaba para el pasado diciembre.