José Antonio Kast visitó la valla que Hungría instaló en su frontera con Serbia para detener el paso de migrantes, tomándolo como ejemplo para replicar la medida en la zona limítrofe de Chile con Bolivia.

El líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, regresó de Hungría con una propuesta que ha generado diversas reacciones: la creación de un muro en la frontera con Bolivia.

Durante su paso por el país europeo, el excandidato presidencial viajó a la frontera con Serbia, específicamente la ciudad fronteriza de Szeged, a dos horas de Budapest, en donde conoció la valla instalada hace nueve años con el objetivo de frenar el paso de indocumentados.

En la ocasión, Kast recorrió el Centro de Monitoreo de la frontera de la ciudad, conociendo así los sistemas y equipos de vigilancia 24/7 que tiene la policía fronteriza.

A su vez, visitó una sección de la frontera, en donde pudo conocer la valla y las medidas de seguridad asociadas. Esto, en el marco de un recorrido guiado por las autoridades locales.

“Hace 9 años atrás, Hungría enfrentaba una grave crisis de inmigración ilegal y tomaron una decisión dura pero efectiva: cerrar las fronteras con Serbia y hacer efectiva la soberanía territorial”, explicó, aseverando que en la actualidad “los húngaros están más seguros y no tienen que enfrentar el fenómeno de la inmigración ilegal”.

Junto con aseverar que la frontera chilena es “un colador donde entra y sale el que quiere”, el abogado afirmó que trabajará en “un plan integral para detener el ingreso de inmigrantes ilegales, que evalúe la posibilidad de levantar barreras físicas como un muro o vallas, tecnología y los cambios legales que permitan desarrollar este proyecto que es de máxima prioridad para Chile”.

¿Cómo es la valla instalada en Hungría?

La valla instalada en la frontera de Hungría con Serbia es una estructura de acero que cuenta con 175 kilómetros de longitud y que fue levantada a fines de agosto de 2015 por orden del primer ministro Viktor Orbán.

Con cuatro metros de altura, la valla -que cuenta con alambre de púas- fue ideada como una forma para frentar la inmigración en el país de Europa central.

Para su levantamiento, comenzada en julio de ese año, el gobierno húngaro acudió a contratistas y militares, proyecto que tuvo un costo de unos 800 millones de euros.

La decisión de levantar esta valla generó sorpresa y rechazo en Serbia, cuyo presidente Aleksandar Vucic afirmó que “construir muros no es la solución” y que Serbia no puede ser responsable de la situación migratoria.

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Agencia EFE

Cabe señalar que en abril de 2017 Hungría concluyó la construcción de una segunda valla para detener a los refugiados.

Este cerco forma parte de los esfuerzos del Gobierno nacionalista de Orbán para detener el ingreso masivo de migrantes irregulares. Para esto, la valla incluye rejas, fierros y un monitoreo por cámaras y sensores de última generación.

Hungría se convirtió en uno de los puntos de acceso a Europa para miles de refugiados, principalmente provenientes de países islámicos. Si bien muchos utilizaban el país como una zona de tránsito, varios miles optaban por quedarse.

“El cruce ilegal de la frontera será un delito que sancionaremos”, declaró tras la construcción el ministro del Interior de ese tiempo, János Lázár, quien hoy en día lidera la cartera de Transportes.

De acuerdo a medios europeos como El Mundo, los refugiados procedentes de zonas en conflicto, como Siria o Afganistán, comenzaron a ingresar a territorio húngaro para luego llegar a países más prósperos de la Unión Europea, como Alemania y Austria.

En 2017 Hungría pidió a la Unión Europea (UE) que pagara la mitad de los costos de la protección de las fronteras antiinmigrantes del país.

En una carta dirigida al entonces presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, Orbán apeló a la “solidaridad europea”, indicando que los contribuyentes húngaros están financiando la seguridad de toda la UE, indicando que la valla protege una frontera exterior del bloque.

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DW

Sin embargo, la UE se negó a aceptar la petición hecha por Hungría. Un portavoz mencionó que Europa “no financia la construcción de verjas en las fronteras exteriores”, consignó El País.

En julio pasado, Orbán volvió a mostrar su rechazo a la reforma de la política de migración de la UE, jactándose de que Hungría es el único país “libre de migrantes”. Esto, gracias a sus políticas que incluye, precisamente, la instalación de la valla en la frontera.

A su vez, el gobernante sostuvo que los migrantes no pueden entrar a su país hasta que hayan resuelto su solicitud de asilo.