La fiscalía del proceso que se celebra en Milán contra Silvio Berlusconi, de 84 años, por la acusación de sobornos a testigos en el caso “Ruby” ha pedido la suspensión del juicio contra el tres veces primer ministro al constatar que está “seriamente enfermo”, como se lee en los certificados médicos presentados por sus defensores.

“Creemos absolutamente que Berlusconi está seriamente enfermo y que padece una patología grave y eso es lo que dicen los certificados médicos”, afirmó hoy la fiscal adjunta Tiziana Siciliano, según los medios italianos.

La fiscal pidió que el exmandatario sea apartado temporalmente del resto de imputados durante la vista del juicio milanés sobre el caso “Ruby ter”, que trata de esclarecer si Berlusconi sobornó a los testigos de otros procesos para que mintieran sobre lo que ocurría en sus fiestas con jóvenes mujeres.

La petición ha sido respaldada por el abogado de Berlusconi, Federico Cecconi, quien aclaró que el empresario y líder de la conservadora Forza Italia (FI) necesita un período de “descanso absoluto” y explicó que se ha instalado un centro médico en su residencia de Arcore, cerca de Milán.

Ese reposo “no se podrá solucionar en siete, quince días”, explicó durante la audiencia Cecconi, que consideró que el aplazamiento del juicio debe ser superior a una semana.

Berlusconi fue dado del alta el pasado 15 de mayo del hospital milanés de San Raffaele, en el que se encontraba ingresado desde el pasado 11 de marzo por complicaciones relacionadas con el tratamiento que recibe para superar las secuelas del coronavirus.

El magnate, fundador del gigante audiovisual Mediaset, ha pasado varias temporadas en el hospital en los últimos tiempos, la anterior fue en abril y el 30 de ese mes recibió el alta para seguir con sus cuidados en su mansión de Arcore.

Esta situación ha postergado los juicios que aún afronta, lo que ha levantado especulaciones sobre si sus abogados están usando sus condiciones de salud como una estrategia judicial.

Berlusconi, que lleva un marcapasos desde 2006, se contagió de coronavirus el pasado septiembre e ingresó con una neumonía bilateral en este mismo hospital milanés, si bien fue dado de alta dos días después.

En enero de este año fue hospitalizado también en Mónaco por problemas cardíacos.