Tras la muerte de 19 personas de los 79 casos de coágulos identificados en el país entre vacunados con la fórmula de AstraZeneca, el comité científico británico que supervisa la campaña de vacunación recomendó el miércoles 7 de abril que se ofrezca a los más jóvenes una vacuna alternativa, Pfizer/BioNTech o Moderna.

Para el gobierno, este primer revés es preocupante porque Boris Johnson ha confiado mucho en el éxito de su programa de vacunación.

El Reino Unido es el país con más muertes de Europa, con casi 127.000 fallecidos. Sin embargo, ha conseguido frenar el número de contagios, hospitalizaciones y muertes. Este éxito se debe a los meses de contención, pero también a su campaña de vacunación, que ha sido una de las más rápidas del mundo.

Este contratiempo de AstraZeneca es tanto más molesto cuanto que se produce en el mismo momento en que la campaña de vacunación se va a extender al resto de la población adulta para acelerar la reapertura del país.

“Seguro y eficaz”, según Boris Johnson

Por ello, Boris Johnson ha dado un paso al frente.

El primer ministro había conseguido hacer olvidar su caótica gestión de la pandemia con el éxito de la vacunación. Tuvo que aplicarse para tranquilizar y defender una vacuna nacional “segura y eficaz”, que es, según él, la clave para una cuidadosa vuelta a la normalidad, ya que el país alcanzará pronto la inmunidad de rebaño.

Para evitar un impacto desproporcionado y disuasorio en la confianza general, las autoridades y los médicos redoblan ahora sus esfuerzos para recordar las ventajas de vacunarse.

Todos los periódicos siguen el ejemplo esta mañana: “Mantengan la calma y sigan pinchando”, titulan varios periódicos. The Sun incluso hizo sus cálculos y señaló en su portada que existe “un 0,000095% de riesgo de coágulos sanguíneos tras la vacunación con AstraZeneca”.