El presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella, encargará este miércoles al expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi la formación de un Gobierno tecnócrata en un momento de emergencia por la pandemia y tras constatar que no existe una mayoría para un Ejecutivo político, aunque algunas formaciones ya han expresado su contrariedad.

Mattarella convocó hoy al mediodía a “Super Mario”, como se conoce al que también fue gobernador del Banco de Italia, tras la incapacidad de alcanzar un acuerdo entre los antiguos socios gubernamentales: el antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S), y los progresistas Partido Demócrata (PD) y Libres e Iguales (LeU) ante el veto de Italia Viva de Matteo Renzi a reeditar un Ejecutivo presidido por Giuseppe Conte.

Tras constatar el fracaso de las negociaciones, el Jefe de Estado explicó que tenía dos alternativas: convocar elecciones, lo que estimó una irresponsabilidad visto el momento de crisis económica, social y sanitaria, o “realizar un llamamiento a todas las fuerzas políticas presentes en el Parlamento para dar confianza a un gobierno de perfil alto, que no debe identificarse con ninguna fórmula política”.

Una solución que recuerda a la que tomó en noviembre de 2011 el entonces jefe de Estado, Giorgio Napolitano, cuando la crisis económica forzó la dimisión de Silvio Berlusconi y se optó por un Gobierno de tecnócratas encabezado por Mario Monti, quien también ocupó el de Ministro interino de Economía y Finanzas.

Tras el recibir el mandato, Draghi tendrá que abrir consultas con los partidos políticos para conocer el apoyo que tendrá en el Parlamento.

El primero que celebró la decisión del Jefe de Estado fue Matteo Renzi, quien siempre abogó por esta solución tras abrir la crisis política retirando su confianza al Gobierno. “Escuchamos las sabias palabras del Presidente de la República Mattarella. Una vez más nos reconocemos en su liderazgo. Y actuaremos en consecuencia”, escribió en Facebook.

El secretario general del PD, Nicola Zingaretti, anunció que estarán preparados para “garantizar el bien común del país” y valoró la iniciativa de Mattarella que “llena un vacío creado por una crisis incomprensible”.

Pero Vito Crimi, el líder político del M5S, la formación con mayor representación parlamentaria, adelantó que no votará el nacimiento de un gobierno tecnócrata encabezado por Mario Draghi.

Uno de los miembros más carismáticos del M5S Alessandro Di Battista expresó su contrariedad al retomar un artículo que había escrito sobre la posibilidad de un Ejecutivo con Draghi en el que define al exgobernador del BCE como “el apóstol de la elite”.

Desde la derecha, la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, criticó “la maniobra” de Mattarella: “Considera más adecuado apostar por un gobierno que durante dos años tendrá muchas dificultades para encontrar soluciones efectivas para los italianos. Nosotros, en cambio, pensamos que es mucho mejor dar a los italianos la oportunidad de votar, tener una mayoría cohesionada y fuerte”.

Y el líder de la Liga, Matteo Salvini, mencionó el artículo de la Constitución en el que se subraya que “la soberanía es del pueblo”, pero dejó abierta la puerta a un apoyo al explicar “que decidirán sin prejuicios” si Draghi esposa sus propuestas.

Desde un principio, Forza Italia de Silvio Berlusconi se mostró disponible a un Ejecutivo de unidad ante el momento crítico que atraviesa el país y el tres veces mandatario no podrá rechazar a Draghi, al que siempre ha mostrado su aprecio.