En un nuevo video en Youtube, Alexei Navalny muestra una magnífica mansión perteneciente al presidente ruso Vladimir Putin. Nuestro medio asociado, la Deutsche Welle, habló con el activista Dimitri Shevchenko, que lleva años observando esta construcción.

La última película de la Fundación Anticorrupción (FBK) de Alexei Navalny está causando sensación en Youtube. En solo dos días el, clip fue visto más de 40 millones de veces.

Su contenido es bastante explosivo: bajo el título “Un palacio para Putin – La historia del mayor soborno”, la película muestra durante dos horas detalles de una magnífica mansión en la costa rusa del Mar Negro.

Según la investigación de los activistas, ya solo el edificio tiene una superficie de casi 18.000 metros cuadrados. El área circundante es casi 40 veces el tamaño del Principado de Mónaco.

Supuestamente, la propiedad ha costado 100.000 millones de rublos (el equivalente a unos 100 mil millones de pesos). Según FBK, el “palacio” es financiado por las empresas estatales rusas Rosneft y Transneft.

Ambos están dirigidos por amigos cercanos del presidente Vladimir Putin: Igor Sechin y Nikolai Tokarev. Los activistas medioambientales llevan años observando la propiedad. Algunos han conseguido entrar en el lugar y hacer fotos.

Uno de estos activistas es Dimitri Shevchenko, director de la organización rusa no comercial “Iniciativa Cívica contra el Crimen Ambiental” (CIAEC).

Deutsche Welle: ¿Qué cosas nuevas aprendió de la investigación de Navalny?

Dimitri Shevchenko: La novedad para mí es que allí se construyó una pista de hielo subterránea. Por lo demás, las investigaciones no aportaron muchas novedades. Pero son el primer intento de sistematizar toda la información disponible sobre esa construcción.

Hay que elogiar a los colegas por haber descubierto todas las cadenas de financiación que se entrecruzan, y las empresas ficticias.

En 2011, usted mismo estuvo en el lugar. ¿Cómo surgió eso?

Estamos siguiendo este asunto desde 2004, cuando se conocieron los planes de construcción en el cabo Idokopas. Eso nos molestó mucho, porque allí había bosques prístinos de pinos de Pitsunda, que en Rusia están protegidos. Estaba claro que se produciría una tala de árboles.

Cuando en 2010, a raíz de las revelaciones de un empresario llamado Serguei Kolesnikov, se supo que se iba a construir allí un edificio para el presidente de Rusia, quisimos echar un vistazo más de cerca.

¿Por qué fue a ver el sitio de construcción del “Palacio de Putin”?

En 2011, mi colega Suren Gasarjan y yo, junto con algunas otras personas, decidimos comprobar lo que ocurría allí. Hay que decir que, en aquella época, el lugar no estaba especialmente protegido. No nos escondimos.

La barrera estaba abierta, así que llegamos directamente al edificio principal, casi al lugar que Alexei Navalny también muestra en su película: el gran portal, una puerta con un águila de doble cabeza.

Al principio ni siquiera nos hicieron caso. Los trabajadores andaban por ahí y no hicieron preguntas a nadie. Pero cuando nos descubrieron los empleados del Servicio Federal de Protección de la Federación Rusa (FSO) [un servicio de protección para el presidente ruso y el equivalente al Servicio Secreto de Estados Unidos. N de la R.], se armó revuelo.

Tuvimos que dejar de filmar inmediatamente. Por suerte pude esconder una tarjeta de memoria con fotos en una de mis botas. Esas son las únicas fotos del objeto que no fueron tomadas por trabajadores de la construcción. Después de eso, los guardias de seguridad no sabían qué hacer con nosotros. Dos empleados del FSO llamaron a la Policía, e incluso a los guardias fronterizos.

¿Qué es lo que pudo ver del edificio?

Prácticamente, toda la zona central, desde la entrada principal del palacio; la rodeamos, también hacia el lado que da al mar. Me di cuenta de que el bosque de la entrada principal había sido completamente desbrozado y ya se había creado allí un bonito parque, mientras que el bosque frente al mar había permanecido intacto.

El edificio principal no debe ser visible desde el mar. Luego subí a una sala, que se llama “Aqua-Disco” en la película de Navalny. Hay una especie de fuente allí, conectada a una piscina. También nos asomamos al patio, la puerta estaba cerrada, pero se podía ver lo que ocurría allí.

¿Sabía para quién se estaba construyendo esta residencia cuando fue a verla?

Sabíamos exactamente dónde estábamos. Pero aún así nos sorprendió que los primeros en acercarse a nosotros fueran los empleados del FSO. Formalmente, este palacio se consideraba propiedad privada.

Cuando preguntamos qué hacía el FSO aquí, no obtuvimos respuesta.

También nos sorprendió el gran número contratistas extranjeros que había. Cuando comenzó la discusión con los empleados del FSO, un hombre se acercó a nosotros y nos dijo que estábamos aquí ilegalmente y que filmar también estaba prohibido. Hablaba ruso, pero con acento italiano.

¿Ha vuelto al lugar después de 2011?

Adentro no. Pero hemos observado lo que ocurre en los alrededores. Por ejemplo, una franja de la costa está completamente cerrada. Vi a guardias fronterizos expulsando a la gente de la playa. Más tarde me enteré por los medios de comunicación de que el yate “Olympia” de Putin se encontró cerca de la zona del palacio.

Al parecer, se estaba relajando allí en ese momento.