En un intento de apaciguar uno de los peores escándalos de su mandato, el presidente francés Emmanuel Macron despidió este viernes a un empleado del Elíseo que fue detenido tras salir a la luz un vídeo en el que golpeaba a un manifestante.
La presidencia francesa explicó a la AFP que Alexandre Benalla será despedido después de que aparecieran “nuevos elementos” del caso, como la sospecha de que recibió ilegalmente imágenes de cámaras de seguridad para demostrar su inocencia.
En el polémico vídeo, difundido esta semana por el diario Le Monde, Benalla, equipado con un casco de policía, aparece golpeando violentamente a un manifestante que ya se encontraba en el suelo, rodeado por agentes antidisturbios.
Está acusado de actos de violencia en reunión por parte de una persona encargada de una misión de servicio público, usurpación de cargo y uso ilegal de insignias reservadas a la autoridad pública, y complicidad en el desvío de imágenes de cámaras de vigilancia.
En el marco de esta investigación, tres policías fueron suspendidos de forma cautelar por haber extraído imágenes de cámaras de seguridad y haberlas transmitido a Benalla, según una fuente cercana al caso.
Un segundo video, publicado este viernes, muestra con más detalle a este antiguo responsable de seguridad de Macron empujando a una chica por el cuello y luego a pegando a un joven durante la pasada manifestación del 1 de mayo.
Benalla, que dispone de un despacho en el Elíseo, fue el responsable de la seguridad de Macron durante la campaña presidencial, antes de ser nombrado “responsable de misión” en el Elíseo.
“La crisis más grave”
La polémica no cesa de crecer desde el miércoles por la noche, lo que podría degenerar en un escándalo de Estado y acabar con la promesa de una “República ejemplar” que hizo Macron, cuyo silencio tras la revelación del caso es flagrante.
El jueves se abrieron simultáneamente una investigación preliminar de la justicia, otra administrativa por parte de la policía de la policía y una última en la Asamblea Nacional.
Es “la crisis más grave a la que se enfrenta Emmanuel Macron desde el inicio de su quinquenio”, en 2017, estima el diario Le Parisien.
El Elíseo tuvo conocimiento de los hechos al día siguiente del incidente.
En mayo, Benalla fue suspendido durante dos semanas y luego recuperó su trabajo, aunque fue trasladado a otro puesto para realizar tareas administrativas.
Este viernes, varios periódicos criticaron al presidente francés por rechazar comentar el caso, pese a la insistencia de los periodistas durante una visita al suroeste de Francia el día anterior.
“Por no haber gestionado inmediatamente un problema disciplinario, Emmanuel Macron tiene que afrontar una crisis política”, escribió en su editorial el diario conservador Le Figaro, una crítica inhabitual en sus páginas.
“Sin las revelaciones de Le Monde, este caso habría quedado así, aplicando el viejo principio de que no hay mal hasta que te pillan”, prosiguió.
“¿Por qué hubo que esperar a que una web (Le Monde) difundiera este video para que la justicia investigara el caso?”, se interrogó por su parte el periódico La Croix.
Las críticas también llegaron de los responsables políticos.
“Se ha alcanzado el corazón del Estado. Tenemos que cesar inmediatamente nuestras tareas y el primer ministro tiene que venir a dar explicaciones ante la Asamblea Nacional”, lanzó Christian Jacob, el líder de los diputados del LR (oposición de derecha).